Rebeldes del Rock hace un recorrido a lo largo del último siglo para demostrar la importancia que otorgan los Estados a la cultura del ocio
Título: Rebeldes del rock
Autor: Manuel López Poy
Editorial: Ma Non Troppo (Redbook Ediciones)
Número de páginas: 290
Características: 17×24 cm rústica/cosida
Lanzamiento: Octubre de 2020
Precio recomendado: 22,00 euros (aprox.)
ISBN: 978-84-121366-9-2
Hoy analizamos Rebeldes del Rock, el último libro de Ma Non Troppo que nos ha hecho llegar Redbook Ediciones y que, si te gusta conocer la intrahistoria de este género musical, no debes perderte.
Interesante punto de partida
Esta publicación ataca directamente algunas de las esencias del rock desde sus inicios -contestatario, irreverente o juvenil- y ahonda también en la faceta más ligada a los movimientos sociales y políticos a los que ha acompañado como manifestación cultural y, podríamos decir, socioeconómica.
Porque, no nos engañemos: más allá de la música siempre hay un mánager y por encima del mánager un equipo discográfico, y por encima de éste un directivo que determina si lo que se escucha ha de ser A o B.
O si a ese tema tan potente que me trajiste en una maqueta hay que darle tal o cual orientación.
En los orígenes estaban las producciones que podían tener cabida en industrias emergentes como el cine o la televisión (según el momento).
Hoy en día la minería de datos que facilitan las plataformas de streaming es la que determina que estemos (estén) inundados de reguetón hasta quienes no quieren (queremos) escucharlo.
Siempre ha sido así: que un programa triunfaba en televisión, pues toma cuatro tazas; que tal tipo de música parece que gusta, pues explotemos a sus intérpretes hasta que el gran público acabe aborreciéndolo.
Por el camino, muchos se enriquecerán; los músicos, no de manera especial. Ellos son la materia prima. Son las leyes del mercado; lentejas.
¿Qué fue primero el huevo o la gallina?
Lo cuenta Manuel López Roy, autor de este interesante trabajo: “desde sus orígenes, la música popular ha sido uno de los vehículos fundamentales para expresar el descontento y la protesta, tanto política como social, de los ciudadanos”.
Y sitúa en el nacimiento del rock and roll, en los años 50, el punto de partida oficial de la rebeldía en el rock.
Como respuesta a un american way of life en el que los Estados Unidos se habían instalado, plegado a un acomodaticio conservadurismo, tras una Segunda Guerra Mundial costosa en muchos aspectos.
A pesar de que ya antes había habido conatos de genialidad y rebeldía con autores como Peter Seeger o Woody Guthrie (luego serían referentes absolutos para muchos músicos), o con el malogrado Robert Johnson, iniciador de una estirpe de músicos malditos, sí hemos de remarcar ese momento que es la llegada de Elvis Presley a Sun Records para iniciar una de las aventuras más relevantes y recordadas en la Historia del Rock.
El rock era un agente social y catalizador de una certeza: la fuerza de la juventud, que era el público objetivo final al que se dirigía la música. Por decirlo de alguna manera, el laboratorio rockero echaba a andar.
Y llegó el escándalo…
El libro nos retrotrae a aquellos primeros momentos en los que todo era nuevo, como la emisión de Blackboard Jungle, que alguien tradujo al castellano como Semilla de Maldad (en lugar de La jungla de la pizarra), que fue un escándalo (¡tela marinera!) e infundió el temor entre los padres por que sus hijos escucharan aquella música subversiva y del diablo denominada rock and roll por obra y gracia del DJ Alan Freed…
Esa música… ¡Un enemigo a combatir!
Chuck Berry, Little Richard, Jerry Lee Lewis… Y muchísimos más fueron objetivo de vigilancia por las autoridades norteamericanas.
En algunos casos por sus mensajes, en otros por sus singulares conductas, en mitad de un mundo aún no preparado para ver ciertas cosas.
Pero, la cuestión es que la música -como siempre ha hecho- removía montañas, porque creaba estilos de vida. Tal cual. Y los gobiernos lo sabían.
El libro aporta datos -el relato está muy bien armado y documentado- sobre los pandilleros en los diferentes países de occidente (¡y hasta de la extinta URSS y su órbita!)
Habla de los greasers, de los mods, los hippies o de los teddy boys, de los rebeldes sin causa inspirados en un efímero James Dean…
Pero también los sitúa en contexto y traza completas radiografías de la música que acontecía en cada momento. Con sus grandes figuras, como Bob Dylan, John Lennon, Bruce Springsteen.. o con bandadas de grupos, como ocurrió con la invasión británica.
La música como catalizador de protestas
Pero este libro, más allá de la minuciosidad como cronista de diferentes épocas que demuestra autor, nos va a aportar por encima de todo es esa referencia a las canciones (y los discos) como elemento propagandístico por parte de ciertos estamentos, pero también como bengala que lanzaban los propios artistas para defender diferentes causas: humanitarias, sociales, económicas…
López Poy sí ha dedicado un buen puñado de horas a analizar esa liaçon existente entre la música y la denuncia de los disturbios raciales o la compleja realidad de ciertas clases sociales, tanto en occidente como más al este.
Capítulo aparte merece el análisis que hace de los derechos civiles y cómo la música fue una bandera más en aquella lucha, fundamentalmente en la década de los 60, aunque también antes y después.
Si bien, antes ya había supuesto un shock absoluto para el establishment el crecimiento y éxito rotundo de grandes artistas negros.
Música y denuncia
O cómo ciertos músicos -y un movimiento tan potente (a pesar de su indolencia), particular y recordado como el hippie– pusieron en peligro hasta su integridad (recuerda el autor el caso de Mama Cas Elliot, o la persecución del FBI a Jimi Hendrix por su colaboración con las Panteras Negras) para denunciar la sinrazón que fue la Guerra de Vietnam.
Décadas más tarde Green Day haría lo propio con la Segunda Guerra del Golfo, y su recordada ópera rock American Idiot triunfaría de una manera apoteósica. Y, para su fortuna, sin muchas consecuencias en lo referido a vigilancia de las autoridades públicas. Los tiempos cambian.
El punk a éste y el otro lado del Atlántico, que surge en momentos de crisis y que dos décadas después renacería sorprendentemente. O el rap, como sustrato de denuncia con tintes de autodestrucción endogámica…
A destacar
Por algo el pop lleva esa denominación.
Si te gusta la Historia de la Música pero además quieres ver la vinculación -no siempre explicitada- de ésta con la vida social de los tres últimos cuartos de siglo, éste es tu libro.
Rebeldía, crítica y una visión muy completa en torno a la cultura del ocio y su expresión plasmada en la sociedad tejen un relato que engancha, y nos ofrece pildoritas con ejemplos de canciones que ahondan en ese mensaje: el de la botella en mitad del océano que en muchas ocasiones eran las canciones, pero que en ocasiones había quien tomaba en su mano…
¿Qué hemos echado en falta?
En falta se echa a algunos críticos sociales como Neil Young y sus herederos Pearl Jam, alguna referencia a la indolencia y dolor existencial de algunos de los compañeros en el grunge de aquellos -sólo alude, y vamos a arriesgarnos a encuadrarlos en ese género, en particular por el momento en que aparecen, a Rage Against the Machine-. Y, en España, a bandas como Siniestro Total o Barricada, que sí tuvieron un papel preponderante en ciertos tramos de los 80 y principios de los 90. O al peculiar Manolo Kabezabolo, que tuvo su momento, como también lo tuvo aquella eclosión rap que encabezaron los artistas del Rap In Madrid, y llevarían a un nivel superior, años más tarde, 7 Notas 7 Colores.
A su manera, también fueron protestas iniciativas como el USA for Africa del que hablamos por aquí… Y tuvieron un éxito apoteósico.
Aunque viendo el contexto, es totalmente comprensible: en lugar de un libro de 300 páginas, si nos adentramos en estos (y más) casos concretos, podríamos habernos encontrado con un volumen el doble de extenso. Ahora bien, para un servidor, tiene más interés estos aspectos que algunos otros que ocupan algún capítulo entero del relato. Pero, efectivamente, cada maestrillo tiene su librillo.
Sobre el autor
Manuel López Poy es, como muchos en el gremio, periodista freelance. Pero sobre todo es un tipo que sabe una barbaridad de música. Al que le gusta compartir sus conocimientos, y nosotros aplaudimos ese empeño. También es escritor -he aquí la prueba- y guionista.
Especializado en música y cultura, escribe para las revistas Ruta 66 y Luzes, así como para la francesa Blues & Co. También dirige el Anuario del Blues.
Es éste género, el blues, su gran pasión. Ha escrito obras como Camino a la Libertad: historia social del blues, Los días azules y Entre el cielo y el infierno. En Redbook Ediciones ha publicado: Todo Blues, Soul y Rhythm & Blues, Rockabilly, El universo de los superhéroes, Bob Dylan y Pink Floyd.
Nota
8,4/10
Muchas bandas van en contra del estado o todo lo referente a la política pero es muy buena música. -Gustavo Woltmann.