La banda más seguida del rock da el do de pecho en Madrid con una escena de primera. El único pero: el sonido
Os ofrecemos la crónica del concierto de Metallica en Madrid. Para ir abriendo boca -pero sobre todo para que puedas escuchar lo que allí sonó-, te detallamos el menú degustación que la banda californiana había preparado para la noche madrileña. Aquí mismo tienes la playlist de Spotify. Reload…
Por cierto (antes de que se me olvide): con cada ticket, según informaron desde la banda, se podrá descargar el concierto en MP3 de manera gratuita. Mezclado y masterizado por el equipo responsable de la gira.
Contenidos de esta entrada
- 1 El espectáculo no defraudó
- 2 A escena
- 3 Arranca el show
- 4 Humo en las guitarras, fuego en el pebetero
- 5 The memory remains
- 6 Disposable heroes
- 7 The Unforgiven
- 8 La fuerza del directo
- 9 La curiosa historia de Here comes revenge
- 10 Habla Hetfield
- 11 Triste pero real (Sad but true)
- 12 No leaf clover
- 13 Tributo a ¿Los Nikis?
- 14 Nadie puede bostezar en un concierto de Metallica. Trincheras
- 15 Para recordar
- 16 ¿Por quién doblan las campanas? en Madrid
- 17 Más clásicos metaleros
- 18 Seek & Destroy
- 19 Los bises no se hacen esperar
- 20 Nothing else matters. No podía faltar
- 21 Apoteósico final
- 22 SETLIST COMPLETO CONCIERTO VALDEBEBAS (MADRID)
El espectáculo no defraudó
Al grano: Si hay que buscar un titular, a la par que sencillo ilustrativo, tiremos de retórica: Metallica, llegó, vio y volvió a triunfar. A pesar del sonido (afectado por el viento) y el mal tiempo que imperaba al cierre del concierto.
La segunda parada en el tramo europeo del Wordlwired Tour no defraudó. Y deparó sorpresas (como la herida del cantante James Hetfield, que él mismo se encargó de justificar: «me picó una abeja»). O la vuelta a escena de algunas canciones que ya parecían descartadas por la banda norteamericana.
Sin embargo, la mayor sorpresa fue la interpretación por Robert Trujillo de Brutus, de Los Nikis, a los que definió como Los Ramones de Algete… Alguien no hizo bien su labor de asesoramiento.
No defraudó el evento ya desde antes de arrancar. Para sorpresa de un servidor, porque coincidí con un tipo que es el Da Vinci español del siglo XXI y al que he conocido a través de las redes sociales (también tienen cosas buenas) y del que os recomiendo todo cuanto hace. Hablo de Pablo Morales de los Ríos.
A escena
El grupo que lidera James Hetfield desde hace casi cuatro décadas, saltaba a escena pasadas a las 21:20, justo cuando se ponía el sol, después de las sorprendentes actuaciones de Ghost y Bokassa, que a lo largo de la tarde amenizaron la constante llegada de público.
En total, según los organizadores allá por octubre -cuando se pusieron a la venta las entradas-, más de 68.000 personas se hicieron con algún ticket.

Y ocurre en los conciertos de Metallica, probablemente más que con ningún otro grupo, que es donde más camisetas de la banda hay por metro cuadrado. Impresionante. Y los puestos de merchandising hasta arriba de gente.
La llegada del público al recinto de Valdebebas-Ifema resultó más ordenada que la aún recordada primera sesión del Mad Cool de 2018. Sin embargo, no faltaron las colas y alguna que otra bronca menor.
La salida fue otra historia, y la riada de gente que abandonaba el recinto sí tuvo más problemas logísticos.
Sobre un escenario de grandes dimensiones, con cinco pantallas LED y una impresionante puesta en escena con efectos pirotécnicos y llamaradas en momentos cumbre del tracklist, los músicos hicieron a los fans saltar como hacía tiempo que no hacían. Al menos, a un servidor. Será lo que se verá en 20 países europeos durante las próximas semanas.

Arranca el show
Era la décimo tercera vez que Metallica tocaba en España. Y no, no hubo gatos negros ni mala suerte.
Casi de una manera sorpresiva, por la espera, comenzó a sonar la música del gran Ennio Morricone.
Concretamente, con la música de El Bueno, el Feo y el Malo. Una tradición que se remonta, por cierto, a 1983. Desde entonces abren cada concierto con este tema, The Ecstasy of Gold.
El sonido empezaba de pena -se fue enmendando- y había cortes en la imagen, más que probable que fueran intencionados por la iconografía del último disco.
El público tararea la musiquilla…
Y ahí se queda la tranquilidad. A partir de ese momento guitarras y percusión se van entrelazando durante más de dos horas, para goce y disfrute del público. ¡Madre mía, qué espectáculo!
Humo en las guitarras, fuego en el pebetero
Los globos que coronan el escenario de hinchan. Se ve la imagen del disco que da nombre a la gira. Explotan y fuegos artificiales ponen el broche final a la intro…

Are you ready, Madrid?
Y comienzan a echar humo las guitarras. Con el tema que viene a dar nombre al último disco de la banda.
Hardwired (el disco, te recuerdo que se llama Hardwired… to self-destruct). Una canción que ha servido para disfrutar a muchos nostálgicos del thrash metal que practicó la banda a comienzos delos 80. Hay quien une este tema a ciertas reminiscencias del disco Kill’em all.
The memory remains
¡Cómo suena la voz de James Hetfield! Este tío es un privileiado. Lo digo como lo pienso.
De manera que empieza a escucharse The Memory remains, aquel temazo del Reload que contó con la colaboración de la gran Marianne Faithful, cuya aparición en las pantallas desató los consecuentes tarareos del estribillo; memorable.
Ya se palpa en el aire de Valdebebas que los drones van a tener un papel importante en la realización audiovisual.
La imagen del concierto, muy buena.
También vemos de fondo a un técnico subiendo por la parte exterior del escenario.
Disposable heroes
Y llega uno de los hits estandarte de Master of Puppets, Disposable heroes (es decir, héroes desechables). Este tema estuvo a puntito de ser el lema de aquel disco de 1985, que vendió una barbaridad de copias. Ahora lo recupera Metallica y sigue conservando aquella fuerza primigenia que tuvo.
Robert Trujillo empieza a destacar con su bajo, y será un totem en el espectáculo, al igual que Kirk Hammett.
¡Por algo Metallica es una de las grandes bandas de este planeta!
Soldier boy, made of clay
Now an empty shell
Twenty one, only son
But he served us well

En cuanto al Black album -aquel torbellino que a muchos de los acérrimos de la anterior Metallica tanto defraudó, pero permitió ampliar horizontes a la banda– también (obviamente) está muy presente en la noche madrileña. The God that failed es el primer sencillo de aquel LP en sonar en Valdebebas.
Ya nos vamos fijando en el surtido de guitarras de la banda, coloridas como pocas. Por aquí circularán dos de ellas con una ouija de Kirk (ataviado, por cierto, con sus Converse con brillantina), y las guitarras ESP de James.
Metallica es un espectáculo, leñe.

A estas alturas… los usuarios de alguna operadora móvil ya estabamos sin datos. Mucho mejor.
The Unforgiven
Para regocijo del que suscribe esto comienza a sonar The Unforgiven mientras se proyectaban escenas del videoclip que en su día comercializó el tema.
Arranca, por cierto, con unas castañuelas (aún más pronunciadas que en la versión de estudio) que van secundando una intro que se prolonga por espacio de un minuto hasta que da paso a uno de los mayores bombazos del grupo de San Francisco (aunque originario de Los Ángeles).
James Hetfield con dos guitarras a cuestas borda esta canción. Insisto: ¡qué voz! Bien es cierto que ese medio tono más bajo en la interpretación le ayuda.
Como dijo el otro, ya me puedo morir tranquilo: he escuchado en directo una de las canciones de mi vida.
They dedicate their lives
To running all of his
He tries to please them all
This bitter man he is
Throughout his life the same
He’s battled constantly
This fight he cannot win
A tired man they see no longer cares
The old man then prepares
To die regretfully
That old man here is me
La fuerza del directo
Pasamos la media hora de concierto.
Here comes revenge también forma parte del último trabajo de la banda, que ya ronda los tres años, y que ha servido al grupo para aprovechar la fuerza de su directo.
Para ponerla de nuevo en el disparadero.
Por cierto, mucho padre con sus hijos en el concierto. Y también muchas mujeres, lo que siempre es una buena noticia.
También alguno que se ha pasado de vueltas… En fin…
La curiosa historia de Here comes revenge
Esta canción tiene una intrahistoria que Hetfield se encargó de contar: tienen una pareja de seguidores que perdió a su hija en un accidente al ser atropellada por un camión.
Era tan fan de Metallica, que ellos decidieron estar unidos a ella a través de la música de la formación. Una venganza más que particular.
Guitarras frenéticas y melodías depuradas. Aplausos para Metallica.
La verdad es que este último trabajo de la banda ha recuperado muchas cosas buenas.
La famosa canción que la banda tocó junto a Lady Gaga, y que se inspiró en la fallecida Amy Winehouse –Moth into flame– es la siguiente en sonar. También forma parte de Hardwired… to self-destruct.
Una canción, dice Hetfield, sobre los adictos a la fama…
Light it up ah, light it up
Another hit erases all the pain
Bulletproof ah, tell the truth
You’re falling, but you think you’re flying high
High again
High again
De nuevo, fuego en lo alto del escenario.
Habla Hetfield
Llegados a este punto, el líder de la banda nos cuenta por qué tiene así el ojo. No le han pegado sus compañeros (las broncas fueron para los documentales). Ha sido una picadura de abeja. Y recuerda que llevan 38 años dando guerra. «Estamos viejos, pero queremos vuestra energía cada noche… Nos da igual que sea el concierto número 1 o el número 100, todos conformamos la familia de Metallica«.
¿Queréis música heavy… ahora (en castellano)?
Metallica continúa viviendo un sueño y nosotros con ellos.
Triste pero real (Sad but true)
Otra pieza del magistral álbum negro se hace hueco en el concierto. Entre las más destacadas del mismo, de hecho. Es éste Sad but true. Percusión sin límites para dar vida a una canción que pone en pie (ah, no, que ya lo estaba) al público desplazado a Valdebebas.
Mucho movimiento y va cesando (ole) el ajetreo de móviles. Muchos menos -salvo al final- que en otros conciertos. O esa es la impresión que yo tengo.
La familia de Metallica.

No leaf clover
En fin… no pueden faltar los saltitos de Lars Ulrich en la batería. Es un showman el danés de San Francisco.
Precisamente a esta ciudad nos acercamos con este tema que se incluyó en el S&M. Una de las gratas sorpresas de la noche. Cierto es que esta pieza no sonó igual que con la Orquesta Sinfónica de San Francisco detrás, pero no estamos para quejas.
Es la segunda vez que tocan esta canción, de hace ya unos años, en una gira mundial. Un privilegio.
Tributo a ¿Los Nikis?
Llegó el momento más hilarante de la noche. Kirk y Robert Trujillo, en un espacio que ya se ha convertido en un clásico en sus conciertos, interpretaron un tema de un grupo «local». En este caso, nada menos que… apelando a Los Ramones de Algete, como los definió el bajo. De manera que tocaron Brutus, de Los Nikis. Al final de la interpretación (se escuchó regular), se veía la imagen del LP de uno de los sencillos más conocidos de la banda madrileña (Por el interés, te quiero Andrés).
Entiendo las quejas de algunos asistentes, más alejados aún que nosotros, por la calidad del sonido. Totalmente.
Pero, a lo que íbamos, podríamos decir que… no mucha gente conocía esa canción.
A continuación, surge en pantalla la imagen de Cliff Burton, el añorado bajo de la banda -con permiso de Trujillo-. Y empiezan a sonar los acordes de Orion, aquel temazo de Masters of Puppets, que da paso a St. Anger.
Sí. Mediado el concierto es hora de que suene la canción que dio nombre al disco que, en su momento, les trajo a La Peineta el 22 de junio de 2003. No es de los álbumes más recordados, precisamente. Pero ahí está…
Nadie puede bostezar en un concierto de Metallica. Trincheras
De modo que cuando empezaban a atisbarse los primeros cuchicheos (nadie puede bostezar en un concierto de Metallica, eso debe ser sacrílego), llega One. Otra bélica canción del cuarteto.
También llega algún lanzamiento de cachi… Pero, en términos generales, los conciertos de Metallica ya son más tranquilos. Ya digo: pese a los que no saben ni por dónde se andan, que de esos también hay.
El fuego surge de la parte superior del escenario… algo bueno nos espera.
En la pantalla soldados de la Gran Guerra… Y suena EL TEMA.
Una de las canciones más apoteósicas del grupo. Incluida en … And Justice for all vuelve a abordar una temática muy presente en aquellos años 80 (finales): los conflictos armados. Es la época del fin de la guerra fría. Casi los 90.
El sonido de este disco es ya más evolucionado, mientras que el inicio de la interpretación desata los aplausos de los presentes.
Uno de los momentos del concierto, las dos guitarras y el bajo bailan acompasadas. Qué bueno.
Hold my breath as I wish for death
Oh please, God, wake me

Para recordar
Palabras mayores. Qué actuación… ¡Estos solos son los que recuerda uno toda su vida!
De modo que vamos enfilando el final del tramo “ordinario” de concierto.
Salta a escena Master of puppets, con ese apoteósico inicio.
Otra maravilla a la guitarra.
End of passion play, crumbling away
(I’m your source of self-destruction)
Veins that pump with fear, sucking darkest clear
(Leading on your deaths’ construction)
Marionetas en la pantalla. Grandes símiles de la humanidad.
En la pantalla se ven también las tumbas que ilustran la portada de aquel disco.
Y Lars se levanta, para estirar piernas, y habla con el público más próximo.
¿Por quién doblan las campanas? en Madrid
Suenan campanas.
A quién se le podría ocurrir convertir en una canción una de las obras cumbres de la literatura del siglo XX, concretamente Por quién doblan las campanas. Una obra escrita por Hemingway que, como sabréis, entre otros lugares, está ambientado en “mi” Ávila.
En una época: la guerra civil española, de la que escribió crónicas ese hombre al que hoy todos recuerdan por la vida padre que se pegó en lugares como Pamplona.
Pero fue algo más que eso. Mucho más, de hecho.
La única pega, casi de todo el show: el sonido, en este caso de la batería. Demasiado elevado.
Take a look to the sky just before you die
It is the last time you will
Blackened roar massive roar fills the crumbling sky
Shattered goal fills his soul with a ruthless cry
Stranger now, are his eyes, to this mystery
He hears the silence so loud
Crack of dawn, all is gone except the will to be
Now they see what will be, blinded eyes to see

Más clásicos metaleros
La parte superior del escenario escupe más fuego. Y, a esa hora, ya nos va bien a todos, porque arrecia el frío en Valdebebas.
Suena un tema del Ride the lightning…
De ese disco, surge a continuación Creeping death… otro hit de aquellos primeros años, que es, para algunos, la mejor composición del grupo.
Lo cierto es que sigue en la setlist de la banda y han pasado más de tres décadas de la primera vez que sonó.
Se acercan al lateral del escenario, a su derecha, donde hay un saliente, para tocar este tema.
Más cerca, imposible.
Y llegamos a la última que el grupo interpreta antes de retirarse a sus aposentos, a la espera de que la turba -o sea, nosotros- les reclamemos.
Luego ellos, oh sorpresa, regresen al escenario.
Seek & Destroy
En la pantalla, imágenes con tickets del primer concierto que dio la banda en España. Era 1987. Y la bandera patria.
Suena el Seek & Destroy del Kill’em All. Otro clásico más a escena.
Y, como estamos ante una banda de tradiciones, cuelan ese sky in the sand in Madrid, que levanta el aplauso. Para el que se entera de que va aquello.
Ojo al giro de helicóptero que hace Robert Trujillo con su bajo.

Los bises no se hacen esperar
El tramo final del concierto fue memorable. Merece la pena hasta ese pitido que perdura durante horas. Qué buen sabor de boca dejan estas marabuntas.
Al lío: vuelven a escena Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Robert Trujillo para poner el broche de oro al trabajo bien hecho.
Y lo hacen con otro single de su último disco, concretamente Lords of Summer.
Este tema lo tocaron por primera vez hace cinco años en Bogotá, en Colombia.
Claramente enfilamos el final.
Nothing else matters. No podía faltar
Suena Nothing else matters, la canción más conocida por el gran público.
Esa que todo aprendiz de guitarra debe aprender a tocar, si quiere sentirse realizado.
De este tema escribimos toda una entrada en el verano de 2018. Os recomiendo leerla.
Por no aburriros mucho más, cabe decirse aquí que el público se entregó con esta macrobalada del disco negro.
Una de la mejores canciones de los 90.
Se llena todo de móviles. Habíamos reservado batería.
So close, no matter how far
Couldn’t be much more from the heart
Forever trusting who we are
And nothing else matters

Apoteósico final
Y llegó el final: en pie, aplausos, batería, guitarra… Entra el hombre arena. Enter sandman acaba con la escasa voz de quien no se ha quedado aún afónico. Qué final de show.
Digno de pocas bandas en la tierra.
Por algo Metallica agotó como agotó los 68.000 huecos reservados para el público que se congregó en Valdebebas para ver su espectáculo.
Concluye el concierto con una sonrisa de malote de Hetfield. Más fuegos de artificio en la despedida.
Estos tipos saben lo que se hacen. De hecho, siguen como siempre. Loado sea su esfuerzo.
Agradecidos.
Mucha música, artificios los justos.
Son las 23:34. Hasta la próxima, amigos.
Dejáis un gran sabor de boca. Pese a todo, pese a todos.
SETLIST COMPLETO CONCIERTO VALDEBEBAS (MADRID)
3/05/2019
- The Ecstasy of gold
- Hardwired
- The memory remains
- Disposable Heroes
- The God that failed
- The Unforgiven
- Here comes revenge
- Moth into flame
- Sad but true
- No lead clover
- Cover Los Nikis – Brutus
- Orion intro
- St. Anger
- One
- Master of Puppets
- For Whom the bell tolls
- Creeping death
- Seek & destroy
- Lords of summer
- Nothing else matters
- Enter sandman



Nota del concierto: 8,9/10
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Gran crónica para un gran concierto. Yo estuve allí!!
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