Los Celtas se dan un homenaje con el triple disco Sólo recuerdo lo bueno, de lo malo nada
La banda de Jesús Cifuentes celebra en Valladolid un concierto por sus tres décadas al pie del cañón
Celtas Cortos celebraron 30 años en escena. Y, por ello, acercamos una referencia al espectacular recopilatorio que han publicado, y al concierto que, a modo de homenaje, nos (se) dieron en Valladolid el 19 de diciembre de 2019.
Ambas cosas, canela en rama…
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¿Quiénes son Celtas Cortos?
Si pisaste el mundo por primera vez antes que E.T. los conoces. Si lo has hecho después, pues seguramente, también…
Los vallisoletanos son una de las bandas españolas más importantes de las últimas décadas. Innovadores, arriesgados, combativos. Y que gustan a casi todo el mundo.
Una parte importante -como casi todo en este blog– de la banda sonora de nuestras vidas.
Pues bien, estos pucelanos de pura cepa -más que los lorencitos– lanzaron recientemente un recopilatorio titulado Sólo recuerdo lo bueno, de lo malo nada (30 Aniversario). Un título muy acorde con el espíritu de la banda, y que toma ese lema de una de sus canciones más recordadas (de 2008). Se trata de Retales de una vida.
Celtas Cortos echan mano de sus amigos musiqueros -aquellos que les permite la discográfica-, pero grandes colaboraciones en definitiva, que acompañan a los sencillos tal como aparecieron o con un poco de ajuste por el tiempo… Una excelente selección con los temas que cantamos a grito pelado muchos de nosotros, en aquellos maravillosos años…
Un triple disco, disponible en CD y vinilo, que sirve para recordar a un grupo disruptivo como pocos, que podríamos definir como auténticos obreros del difícil mundo de la música. Más aún en nuestro país donde vivíamos a golpe de modas y últimamente de clics…
Concierto en Valladolid
Pero hoy, además, vamos con la crónica del concierto de Celtas Cortos con motivo de sus 30 años en escena, que nos brindaron el 19 de diciembre de 2019.
No voy a echar mano del manido tópico que emula al tango de Carlos Gardel, porque 30 años son muchos. ¡Vaya si lo son!.
Y porque se ha puesto de manifiesto en el espectáculo al que acudieron en torno a 200 personas en la sala Porta Caeli de Valladolid que Celtas Cortos son más que una banda.
Son una institución. Y no sólo en la tierra en la que son profetas, más allá de Valladolid.
Tras no haberlos visto nunca en directo, la vida tiene esas cosas: que me iba a permitir, gracias a la invitación de Los 40 Classic, estar en el treinta aniversario de una de las bandas más importantes de la escena nacional de las últimas décadas.
Unos fenómenos que van muchísimo más allá que los queridísimos 20 de abril o La Senda del Tiempo.

¿Quién es quién en Celtas Cortos?
Celtas Cortos, capitaneado por el impenitente (en todos los sentidos) Jesús Cifuentes, con la connivencia de Goyo Yeves, Alberto García, José Sendino, Antón Dávila, Chuchi Marcos y Diego García, dieron un recital de los que se recuerdan. Por oficio y por pasión. Por entrega y destreza.
Pasión hacia una tierra, la suya, que los tiene en palmitas. Y no sólo por lo mucho que han dado Celtas Cortos a su ciudad, a este país…
Como recordaban desde Los 40 Classic, 29 de sus canciones estuvieron presentes en la lista más importante en la radio musical de nuestro país, y de ellas 10 alcanzaron el número 1. Poco que añadir…

Cifu lo destacó en la microentrevista que hicieron desde la emisora para ilustrar el microconcierto emitido en la web de la cadena (puedes acceder a él al inicio del post), a lo que después seguirían más temas para gozo y disfrute de los presentes: ¡Somos muy de celebrar! Incluso el 30 aniversario más un minuto, aseguraba el vocalista del grupo.
El cantante -por derecho propio, uno de los más icónicos de nuestro panorama musical- se dirigió a un público variado -cierto es que los más jóvenes rondarían la treintena- recordando pasajes de su vida.
Cómo que se ha encontrado, con 53 años, con un 2×2, dos niños de dos relaciones diferentes, pero “viendo con ellos la vida”, porque, llegados a una edad, el tiempo no es que pase volando, es que debería resetearse cada poco. Con días de 40 horas… ¿Verdad?

Por encima de las modas
Lo visto en el concierto La primera vez de… Celtas Cortos, con motivo de ese treinta aniversario de la banda (que ha ido variando en todo ese periodo) es la demostración palpable de que la suerte ha de pillarte trabajando. De que los currelas también pueden triunfar. De que los sueños existen, por supuesto, y en ocasiones se cumplen.
De que unos tipos de Pucela han vivido dignamente, como ellos cantaron, y sobrevivido durante mucho tiempo a modas como el grunge, el tecno o el reguetón -por decir algo-, con empeño, dedicación y, sobre todo, muchas tablas.
Los Celtas no han sido nunca Nick Kamen -sonaba ayer en el receso final del show-. Ni falta que les ha hecho.

El concierto
Sin mucho sobresalto, el concierto dio comienzo a las 21,15 horas, aunque estábamos avisados de que habría una despedida a las cuatro canciones, por aquello de que había una emisión en streaming para el resto de España.
Tras recordar ese disco lanzado con versiones en el que colaboran, entre otros, Fito Cabrales o Mikel Izal, además de Rozalén, Cifu quiso dejar claro lo que nosotros venimos diciendo desde hace tiempo por aquí: “la amistad no sale del postureo”.
Arranca el espectáculo con Qué voy a hacer yo, que alude a aquel momento (los 80) en el que hay una corriente social en contra de la mili, obligatoria para “los hombres varones” (sic) y pro-objeción de conciencia.
Tras esa apertura, suenan los acordes del tema más popular de la banda, cuya historia ya hemos contado en esta web. Hablo, claro está del 20 de abril.
Le sigue Tranquilo majete. Y, explica Cifu, con esa guitarra eléctrica que parece clásica en mano refleja una realidad social que no ha cambiado tanto. Es, señala una “fotografía de la realidad nacional y planetaria que sigue teniendo vigor”. Lamentablemente, no hay que cambiar una coma a la letra.
La banda lo está dando todo, y se demuestra en que el líder de Celtas Cortos, a estas alturas del concierto, ya suda como un pollo. Excelente señal.
Tras aquel tema de 1993 que daba nombre a uno de sus discos más vendidos, Celtas Cortos hace parada en El emigrante, en este caso incorporado en En estos días inciertos, canción que también está presente en la playlist del grupo vallisoletano.

Llorada metafórica
Para un servidor, Valladolid ha estado asociado, durante muchos años, esencialmente a trabajo. Sin embargo, hay que reconocer que un sencillo como Retales de una vida toca la fibra incluso a los que no somos oriundos de la ciudad del Pisuerga.
Cifu prosigue el recital ayudado por su Ipad mini -cómo cambia todo en las diferentes profesiones, ayer me decía un millenial que tenía una reliquia al ver mi grabadora Olimpus del 2004 (¡si hubiera visto los revox!)-. Pero el espectáculo va camino de ser de nota.
Colosal el punteo de Sendino en esta franja del show, que da paso a lo que Celtas Cortos define como el cierre de su círculo cronológico, el sencillo Silencio (eché de menos ese Cada día, que entusiastamente cantaron en 2018 muchísimos colegios) de su último trabajo de estudio.
Van cayendo temas como moscas -es como en las buenas películas, el tiempo vuela-. Marinero borracho, Prende la mecha… Se le rompe una cuerda de la guitarra a Cifu, que ha de volver a la guitarra mixta (da el pego), mientras la banda sigue siendo reivindicativa. Combativa.

Excelente instrumentación
Lo dije con el concierto de Franz Ferdinand: lo más valorable de este tipo de acontecimientos es que hay músicos y músicos (por aquello del postureo que decía Cifu). Sí, porque el respeto se gana.
Y hay músicos y apaños. Apaños y músicos.
Pero Celtas Cortos están entre los induraines de los músicos. Como decía, unos tipos que han vendido la tira de discos tocando la gaita, la flauta… ¡el violín! ¿No es para quitarse el sombrero? Sobre todo porque lo han hecho en un país como el nuestro… hoy rendido al reguetón (¡ay par favar!), pero años atrás a tubérculos sonoros iguales o peores, mirases por donde mirases. Así nos va…
A lo que estamos: la instrumentación es de nota. Suena el saxo, con Yeves al frente. Suena el trombón. Cifu le cambia a una de las primeras filas un pañuelo de papel por una púa… ¡Ese arte! Ese oficio. Artes y oficios.
La senda del tiempo
Y llega uno de los momentos más destacados de la noche. Al menos para mí. La senda del tiempo es el primer tema que escuché de Celtas Cortos. Curiosamente siempre me recuerda a un primo al que le encantaba. Qué bueno es rodearte de gente que te aporta música. Que te enseña a escuchar. F
Ese fue el caso.
Doscientos paisanos, a coro, cantando: A veces llega un momento, en que te haces viejo de repente… Sin arrugas en la frente, pero con ganas de morir… Brutal.
Como decía el presentador del concierto, Celtas Cortos deben mucho a la radio, como la radio a ellos. Nosotros les deberemos siempre que sean parte de nuestra banda sonora vital.
A gustito en Pucela
Reconoce la banda estar a gustito… Como para no estarlo.
Y recorre la voz cantante, en su alocución, los barrios más populares de Valladolid… Es evidente: el final está aquí cerca. Sí… Son las 22,55 y hemos disfrutado como enanos.

No, no es el fin. Esto es Pucela, aquí se toca otra. Si no salen los Celtas, no nos moverán (esta consigna, un pelín forzada) cantan los de al lado.
De manera que tras dos minutos escasos, llegan los bises… Campana y esto se acaba.
Así que los siete músicos que nos han permitido soplar con ellos esa ficticia vela de cumpleaños, dan los últimos coletazos con otro clásico, Haz turismo… No estaría mal sacar tiempo para ello…
Los Celtas rebasan otra década más llenos de salud musical. Y no sabéis como me alegra eso . Da gusto ver a gente que disfruta con lo que hace. Por muchos años más…
Gracias a Los 40 Classic por la invitación, también a Emina. Por unos o por otros, esa bendita noche habríamos estado en la sala Porta Caeli.
Gracias Ángel, por las cervezas y los coros