El músico español más internacional logra la comunión absoluta, dos años después, con un público entregado en su concierto en el José Zorrilla
Artista: Alejandro Sanz
Fecha: 18/06/2022
Lugar: Estadio José Zorrilla. Valladolid
Asistentes: 25.000 personas, según la organización. Algo menos, a nuestro juicio.
Precio de la entrada Music and Rock: 55 euros
Acústica: Mejorable en pista; en gradas, también
Nota: 8/10
Hoy te acercamos la crónica del concierto de Alejandro Sanz en Valladolid, celebrado el 18 de junio de 2022. Justo dos años después de la primera fecha planteada. Lo que hemos vivido entre medias, no hace falta que te lo cuente… Pero lo que ha ocurrido esta mágica noche, lo puedes leer aquí.
Incluye, por cierto, la playlist del show. Un poco más abajo. Sólo te pido una cosa a cambio: suscríbete, por favor, al blog. Me ayudarás mucho y a ti no te costará nada.

Contenidos de esta entrada
- 1 Más que un artista: un músico
- 2 Escenario internacional
- 3 A grito de Pucelaaa
- 4 Canción por canción
- 4.1 No es lo mismo
- 4.2 Lo que fui es lo que soy
- 4.3 Deja que te bese
- 4.4 El alma al aire
- 4.5 Desde cuándo
- 4.6 Looking for Paradise / La música no se toca
- 4.7 Mi marciana
- 4.8 Mares de miel
- 4.9 La fuerza del corazón / Siempre es de noche / Iba
- 4.10 Cuando nadie me ve
- 4.11 Amiga mía / He sido tan feliz contigo / Es algo personal/ Hay un universo de pequeñas cosas
- 4.12 Mi persona favorita
- 4.13 Labana
- 4.14 La Rosa
- 4.15 Corazón partío / Hoy que no estás
- 5 Los bises
- 6 El concierto que por fin pudo ser
- 7 Una gira multitudinaria
Más que un artista: un músico
Alejandro Sanz es un músico, no un artificio del marketing. Alejandro Sanz no necesita autotune para que cada canción que publica se convierta en un éxito. Para que cada sonido que lleva a su directo emocione al personal. No necesita grandes carteles para llenar auditorios. Ni requiere de artificios para crear tendencias, reels o directos en twitch. Está muy por encima de todo eso.
Puede que no tenga la voz más sensual del mundo (o sí); no es Carla Bruni. Tampoco tiene el timbre más potente del universo; no es Freddie Mercury.
Pero transmite.
Y sabe lo que es el trabajo duro. Y llevar a un equipo de músicos im-pre-sio-nan-te.
Aunque haya quien sólo vea fiesta, alharacas y broma en esa media sonrisa picarona de Alejandro Sanz -al que sí, amig@s, como a todos, se le va notando ya la edad-. Pero sigue engatusando a sus fans.
Estamos ante el artista español en activo más importante de las tres últimas décadas. Y en el José Zorrilla, se notó.
Alguien que sabe lo que hace.
Basta con echar un vistazo al conjunto de músicos y voces que le acompañan. Algunos desde hace tiempo. Los cuida, mima y exige. Y responden. De manera que te encuentras con gente como Michael Ciro, guitarrista titular de la banda, que perfectamente podría tener su propio espectáculo, pero prefiere seguir al abrigo de Alejandro Sanz. Por algo será…
O Karina Pasian, la corista que suplantó anoche, en Valladolid, a Alicia Keys y a Camila Cabello con brio. Recordaba ayer que hace unos meses sorprendió a Sanz en el programa televisivo La Voz, presentándose a una audición a ciegas.

Escenario internacional
Pero, al lío: el concierto de Alejandro Sanz en Valladolid. ¿Cómo fue? En la parte técnica, así: pantalla de 1.000 metros cuadrados de LED, un cuarto de millón de watios de potencia de sonido… Al estilo de las grandes estrellas internacionales.
Porque, curiosamente, este madrileño que acumula más de una veintena de Grammy, ha armado con trece discos de estudio, una carrera a la altura de muy pocos. Y, lo que es más difícil, un reconocimiento a este lado y al otro del Atlántico, y no sólo en la órbita latina.
A grito de Pucelaaa
Sanz saltó al escenario, a grito de Pucelaaa, con los dedos parcheados con tiritas -como en la portada de su último álbum-, con traje de comunión, como él dijo, blanco, cubriendo una camisa morada, y pivotando su cuerpo -algo más ligero que en citas anteriores- sobre unas converse negras con suela blanca.
En los brazos, diferentes pulseras.
Eran las 22:28 horas y el espectáculo que arrancaba iba a llenar de júbilo muchos corazones.
No alcanzó las dos horas de duración. En concreto, finalizó a dos minutos de alcanzar ese hito, en la noche pucelana.
Vamos a repasarlo, canción por canción:
Canción por canción
No es lo mismo
Esta canción dio nombre al disco en el que, según el artista reconocía, se encontraba en uno de sus peores momentos vitales… Un inicio que ya avanzaba por dónde irían los tiros.
En su día, hubo quién no entendió el estilo elegido, una perorata de disclaimers, para demostrar que, pese a ese contexto, estaba absolutamente vivo. Lo sigue estando.
En Valladolid, todo el público lo tarareaba.
Lo que fui es lo que soy
La carrera de Alejandro Sanz ha estado plagada de idas y venidas, de saltos al vacío y de subidas al trampolín, pero pocos artistas en las tres últimas décadas han forjado una legión de fans (en particular, femeninos), con la fidelidad con que él la preserva.
Con esta canción, allá por principio de los 90, el madrileño de raíces andaluzas enamoró a millones de españolas.
Hoy, treinta años después, no es extraño escuchar a quienes poblaban aquella recordada etapa de nuestras vidas en plena juventud, referirse a Alejandro Sanz como mi Alejandro, con esa sonrisa cómplice que les unió a aquel chaval repeinado cuya foto llevaban bajo el brazo, en el vinilo que hoy ya descansa en el trastero. O en la carpeta escolar… ¡Qué tiempos!

Deja que te bese
Uno de los temas más bailados sobre el plástico azúl que trató de proteger el césped. Una canción que compuso e interpretó junto a otro número 1 de la música latina, como es el portorriqueño Marc Anthony. El lamento, el quejío, hizo mover muchas caderas en ese tramo del concierto, en el que el fuego se fue prendiendo a partir del sonido de una guitarra acústica española que “vistió” el cantante y que interpretó junto a Chris Hierro, dominicano, también habitual en las giras del gran protagonista de la noche.
A 800 kilómetros de allí, la noche anterior, Anthony brindó un gran espectáculo, en el RCDE Stadium. Estuvo bien suplido en Valladolid.
En el José Zorrilla, el broche a esa canción eran unos latidos de corazón maquinados a golpe de caja de guitarra.
El alma al aire
Y arranca, con la caja sonando El alma al aire. Otro habitual en su equipo, Alfonso Pérez, se sienta ante el piano. Las mujeres que llenan el estadio (habría un 60-40%, por distribución de sexos, liderando las chicas, claro… pero, con más hombres de lo que yo esperaba, sinceramente) se saben el tema de pé a pá. Lo cantan.
No es un sencillo cualquiera en la obra de Sanz. Tras el arrasador éxito de Más, Alejandro Sanz puso en el mercado El alma al aire, un disco robusto, pero sin el increíble tirón comercial del anterior.

Los nueve instrumentistas que vemos en el escenario, se emplean a tope. Y alguien deja unos claveles sobre el escenario. Son dos.
Los recoge Alejandro Sanz y los sitúa ante otro piano, en el extremo derecho de la tarima, según vemos desde el público.
Ese instrumento lo comanda Glenda del E. A pocos metros de la sensual y combativa bajo, Brigitte Sosa.
Equipazo.
Desde cuándo
Caen unas pocas gotas en Valladolid. Se agradecen. Y es lo esperado en un día para olvidar, al menos en lo meteorológico, nublado y bochornoso.
Cambiamos de guitarra. Y al ver la que abraza al MÚSICO, lo que pienso, en ese momento, es que se trata de su particular homenaje a una comunidad, la LGTB… que tiene el apoyo de Sanz. Motivos floridos con colores que, a mí, me llevan a México. No sé por qué. Bueno, tal vez porque priman rojo y verde, colores de la enseña de ese país hermano.
Y se renueva la magia a partir de este hit de Paraíso express, que fue un disco sorprendente, hormigoneado con pop de quilates.
Para un servidor, un trabajo con un potencial enorme.
Lanzado en 2009, incorporaba temas como éste, que recuerdo tuvo en su vídeoclip a la mujer desesperada Eva Longoria, y que es todo un baladón de esos que sabe tejer Alejandro Sanz. Otro momento especial en el concierto.
Se escuchan por mi zona gritos de guapo. A mí se me hacía raro que no hubieran surgido antes.

También tengo delante a una cuadrilla de un pueblo de Palencia, que no paran de arrimar codo (parecen políticos) y que, por fortuna para ellos, tendrán la oportunidad de ver de nuevo el concierto, porque la rubia en cuestión que me antecede, no ha dejado de grabar.
Los de atrás están que trinan… Pero hay que lidiar también con gente que es más lista que todos los demás.
Y Alejandro se dirige por primera vez al público, apuntando algunos clásicos populares como “Estamos muy felices de estar aquí / Me encantaría venir más / Agradecidos por ustedes / Nuestro objetivo es que lo pasen bien, ¿ok?”
Looking for Paradise / La música no se toca
A renglón seguido comienzan a sonar los acordes de Looking for Paradise, que Sanz interpretará junto a Karina Pasian. El público está entregado.
Cuando se publicó Paraíso Express, pensé en lo que suponía que un artista español arrastrara a una de las mejores voces norteamericanas de los últimos tiempos, Alicia Keys.
Éste es un tema pop redondo, en cuya interpretación sobre el escenario del José Zorrilla, no se ha echado de menos a la artista neoyorquina (el equipo de voces del show es de altura), aunque no habría estado de más que se hubiera dado un paseo por Valladolid.
Cierre de este singular medley con La música no se toca. En aquellos tiempos de Napster y el intercambio de archivos P2P, vamos, de la piratería, Alejandro Sanz tuvo arrestos para defender lo suyo. Hubo a quien no gustó, pero no hay cosa mejor que tener delante a gente que va de cara. Esa, siempre en este equipo.

Mi marciana
Y ya que estamos, esta canción de La música no se toca fue todo un alegato en favor del gran amor, por encima de todas las cosas, de Alejandro Sanz.
En realidad esta canción se la dedicó a Raquel Perera, quien fuera su mujer, además de manager y madre de dos de sus hijos. Arrancó con unas voces robotizadas y con ese chasquido de dedos que sólo sabe hacer el músico más universal que hoy en día tenemos. Sí, Rosalía, sí…
En la espera del inicio vemos a dos cigüeñas pasar. Tal vez algún vaticinio para alguno de los asistentes.
En este momento del concierto, si miramos al cielo, lo que vemos son las luces de varios aviones.
Mares de miel
Frente a lo ocurrido en otros conciertos previos de esta gira, Sanz ha interpretado varios temas de su último disco que se titula igual que su apellido. Valga la redundancia.
Éste fue el primero de ellos, y lo hace con una guitarra acústica y solito, ante el micrófono.
Algo que, para un tipo como él, con tres décadas largas a las espaldas sobre los escenarios, ni mucho menos es sólo ante el peligro.
La fuerza del corazón / Siempre es de noche / Iba
Recuerdo como si fuera ayer el día que se publicó este disco, 3, y, también, que se llevó numerosas críticas negativas. Sin embargo, las canciones que de él extrajo para este concierto Alejandro Sanz estuvieron entre las más coreadas.
En ocasiones, la crítica es simplemente eso, crítica. O, como yo digo, carril…
Lo importante son los argumentos de quien opina.

Por su parte, Siempre es de noche, se extrae del disco más popular de toda su carrera, Más, el comodín del público para el artista y su banda. Curiosamente, siempre aciertan.
Para cerrar este tramo nos topamos con otra prueba. Alejandro Sanz sigue buscando el equipo titular de su setlist y en este concierto de Valladolid, su último disco tuvo un peso importante. Prueba de ello es, por ejemplo, la interpretación de esta canción.
Cuando nadie me ve
Somos muchos los que disfrutamos del concierto. Pero no muy lejos de donde estamos hay muchas familias rotas, muchos hogares llorosos. Mucha vida calcinada. Lo sé bien.
Las fuentes oficiales dicen que el que ahora mismo está abrasando Zamora, y en concreto la Sierra de la Culebra, ya ha destrozado 25.000… Se me hace un nudo en la garganta.
Vemos un cartel con un mensaje que recuerda este hecho.
Ojalá las administraciones ayuden. Menos palabra hueca, más hechos. Y, sobre todo, que se extinga lo antes posible.
Estamos con vosotros, por cierto.
Pero, volvamos al concierto: Cuando nadie me ve es probablemente la mejor canción de El alma al aire y, nuevamente, una gran balada de uno de los grandes baladistas vivos (esperemos que por muchos años) de la música en castellano.
La canción aporta sentido al título que atinó para el disco del que se extrae. Porque escribir, cantar los sentimientos que uno tiene en el fondo del corazón, eso, amig@s, eso sólo lo hacen los valientes. Para vivir hay que ser valiente. Como para escupir canciones.
Acaba con el micro al pecho. Más latidos.

Amiga mía / He sido tan feliz contigo / Es algo personal/ Hay un universo de pequeñas cosas
Michael Ciro nos deleita con un solo de guitarra, por lo que creemos que Alejandro se irá a cambiar de vestuario o algo parecido. Nada de eso.
Estamos ante un nuevo medley de la noche, que toca varios palos. Por supuesto, uno de sus mayores clásicos, Amiga Mía, una de las composiciones universales de Alejandro Sanz, que armó aquel recordado Más que, curiosamente, no ha perdido fuerza, casi un cuarto de siglo después. Las cosas hechas con el corazón, perduran.
He sido tan feliz contigo es un tema extraído de ese disco que ya no se esperaba, como esos hermanos pequeños que desordenan la armonía familiar, pero llenan de alegría el hogar. Guitarra flamenca, sonido esmerado y trabajado, como casi todo lo hecho por Alejandro. Sanz, es, por cierto, el título de su último disco.
Para cerrar este microconcierto en uno, suenan otros dos temas: Es algo personal, del Más, y Hay un universo de pequeñas cosas, otra canción de El alma al aire.
Y Sanz vuelve a tomar la palabra para hablar: “Me encanta, / de las cosas más bonitas es estar tan a gusto y tan conectado, / como si fuéramos, no sé cómo decirte… / como, mi persona favorita”.

Mi persona favorita
Alejandro Sanz tiene esa sana costumbre de dedicar canciones a quienes quiere. Este tema es un regalo envuelto para su hija Alma, y la interpretó junto a Camila Cabello (otra gran estrella internacional, de origen latino) en ElDisco, publicado en 2019. Sobre el escenario de Valladolid vuelve a arroparle Karina Pasian. Química.
El público, también aquí, acompaña.
Labana
Y el enlace perfecto, partiendo de donde partimos, es este tema extraído de No es lo mismo. Una canción plagada de guitarras y ritmo tropical, como no podía ser de otra manera, en este homenaje a la capital de Cuba donde, por cierto, nació la artista que interpretó, junto a él, la anterior canción.
La Rosa
Al cajón se luce Carlos Martín. Estamos ante otra pieza más de su último disco, Sanz, que no fue lo más coreado, pero convenció al personal. A mí al menos, sí.
Se acerca el final. Y Alejandro vuelve a encauzar el show: «A veces pienso como si fuera el cuarto de uno y cuando se encendieran las luces estuvieran todos ustedes / Han sido cuatro horas muy intensas (bromea)».
A continuación, de nuevo en tono jocoso, pero con sinceridad a la legua, reconoce que «no sé nunca cómo hacer esto de cuando acaban y piden otra (sic); no sé cómo se hace lo de ‘me voy y luego vuelvo’ / Tenemos que llegar a un acuerdo / Saquen una tarjeta o algo / Terminamos el concierto formal y luego ustedes ya me piden lo que quieran».
Corazón partío / Hoy que no estás
Y arranca el Corazón partío. Son ya las 23:50 horas.
Suenan las guitarras de Ciro y de Pau Figueres. También la que pilota Alejandro Sanz. El músico. Al fondo escucharemos a Crystal Torres, que lo mismo te hace un solo de trompeta que pone voz a la mayoría de éxitos del líder del escenario.
Porque, por si alguien lo duda: es un líder.

Sanz se da la vuelta de vez en cuando en escena para pulir detalles. Y, como todo director de orquesta, apenas necesita levantar una ceja para cuadrar sonidos.
Ni un despiste. No se permiten. Su dominio es apabullante, aunque pasa desapercibido para muchos…
Estábamos en el Corazón partío. Momento cumbre de la noche, con el tema más conocido, querido y escuchado por parte de los seguidores del probablemente artista más internacional en activo que tenemos en España.
Recuerdos y más recuerdos. Gritos a pleno pulmón para dar vida a una canción que forma parte de nuestras vidas y que llenó de ecos el estadio José Zorrilla de Valladolid, que el pasado 20 de febrero cumplió cuatro décadas abierto. Lo de Nuevo José Zorrilla, a lo mejor ya no toca…
Para completar la pieza, se escuchó parte de Hoy que no estás, otra canción de su LP más popular hasta la fecha, Más.
Nos vamos… y no da tiempo al pueblo llano ni siquiera a tararear el Seven Nation Army de los White Stripes. Parece que hay prisas. Pero cumplirán…

Los bises
Viviendo deprisa
Las luces se posan sobre el conjunto de músicos que nos han ofrecido este gran espectáculo musical. Todo ello a pesar de esas carencias en la acústica que tiene el José Zorrilla.
Sanz está en el medio. Las féminas presentes en el estadio echan alguna lagrimilla que otra, recordando. Recordando. Recordando.
Suena una metáfora de juventud, pero que muchos sentimos como el día a día de nuestras vidas. Un no parar.
Detenerse a escuchar esta canción, de la primera época de Alejandro Sanz, como decía, aquella en la que su foto rellenaba el exterior de muchísimas tarjetas juveniles, es un ejercicio de melancolía.
Pero también de alegría… ¡hemos llegado hasta aquí! Yo me quedo aquí.
¿Lo ves? / Mi soledad y yo
De su disco 3 ya hemos hablado, y Alejandro Sanz sabe lo que gusta a su público. En particular estas dos grandes canciones, canciones de amor.
De esas que encogen el alma, pero alegran el cuerpo. O no. Pero son necesarias.
Para mí, Mi soledad y yo es una de las grandes baladas de uno de los mejores baladistas que hay, en activo, en castellano. Esa narración de la escena, no se olvida ni treinta años después, que es lo que cumple esta canción a la vuelta de la esquina. Alma, corazón y chicha.
Y, ¿si fuera ella? / Ese último momento
Esto se acaba, y no falta la tercera pata del triunvirato del éxito del Más (junto con Amiga mía y Corazón partío), Y, ¿si fuera ella? Esa canción que nos ha acompañado durante tanto tiempo, que coronó a Sanz como el baladista reconocido por todos, con ese tono, subidas y bajadas, haciendo de ésta una de sus grandes composiciones.

Esta noche, Alejandro agarra con fuerza ese micrófono con pegatinas de soles, que me recuerdan las que mi hijo pega en casi todo aparato electrónico que encuentro.
Mi hijo Pablo, por cierto, ha sido un valiente y ha venido a su primer gran concierto en Valladolid. Con once años. Llega agotado a la cama, pero sé que recordará mucho tiempo lo que ha visto hoy. Pequeños triunfos vitales. Gracias a la vida.
Y, para finalizar, Ese último momento, también del Más. La última bala de un revolver lleno de vida que ha sobrevolado ante miles y miles de almas.
Despedida y cierre.
El concierto que por fin pudo ser
Las entradas para este concierto, en mi caso, fueron los Reyes de aquel inicio engañoso de 2020, porque Sonia, quien me soporta, es de Sanz… Iban a servir para asistir a la gira de ElDisco. Pero llegó una pandemia y aquello se pospuso, un año, dos años… Sanz en Vivo se llamaba aquel espectáculo ya… Porque un disco inesperado vio la luz en 2021.

Y el fútbol entró en escena.
No sabíamos cuándo tendría lugar el esperado acontecimiento porque sólo un milagro haría subir al Real Valladolid a Primera División, lo que evitaría que, nuevamente, se tuviera que retrasar el espectáculo, al disputarse los play-offs de ascenso en el mes de junio.
Que todos los satélites se habían alineado y que el de ayer tenía que ser un concierto de los que no se olvidan, eso yo lo tenía claro mucho antes de acudir a él. Pero los primeros compases del show demostraron que disfrutaríamos como en esos grandes partidos que sólo pocas veces se disfrutan en el José Zorrilla.
Una gira multitudinaria
Su gira de 2022 (que inicialmente estaba prevista para 2020), LaGira, tras pisar el todavía Wanda Metropolitano, en Madrid (4 de junio), o Valladolid, hace parada otras doce veces este verano en España.
Anteriormente también ha pisado la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia -en dos ocasiones- y el Benito Villamarín de Sevilla, que ha aprovechado probablemente mejor que ningún estadio de nuestro país ese impass, en el que los futbolistas están de vacaciones, se patea convenientemente el césped, para luego afrontar el cambio de la hierba.
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Dedicado a Sonia y Pablo.
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Gracias, lo veremos este jueves en Benidorm !!!!!