La canción que muchos eligen para ilustrar sus bodas, pese a ser uno de los emblemas de la película que habla del hundimiento del barco
Canción: My heart will go on
Grupo: Céline Dion
Autores: Will Jennings y James Horner
Disco: Let’s talk about love / Titanic OST
Duración: 4:41 – 5:07 (versión de la película)
Posición en disco: 12 (Let’s talk about love); 14 (Titanic OST)
Publicación: 24 de noviembre de 1997
Grabación: 22 de mayo de 1997, en Wallyworld, The Hit factory, Nueva York
Producción: Simon Franglen, Walter Afanasieff y James Horner
Posición más alta en listas: 1
Discográfica: Sony
Hoy hablaremos de My heart will go on de Céline Dion, que podríamos definir, en corto y por derecho, como la canción del Titanic.
Lo curioso de este tema es que, pese a que es una de las velas que ha mantenido a flote, tanto tiempo después, la gran película que dirigió James Horner, se incluye en bodas y más bodas, y centró el filme de amor sobre el hundimiento del Titanic, en 1912.
Curioso cuanto menos.

Significado de My heart will go on
La canción, obviamente, habla del amor atemporal (mi corazón seguirá adelante es el título traducido al castellano), del recuerdo y del anhelo del ser al que se ha amado de una manera inmensa, y que ya no está.
Habla, en resumen, del poder del amor.
Tal vez te sitúe sobre la trama de la película Titanic, si aún no la has visto, y creo que con ese resumen no hemos hecho ningún spoiler.
Will Jennings escribió la letra de My heart will go on desde el punto de vista de una persona de mucha edad que echa la vista hacia atrás.
Precisamente el sentido que se planteó a la película, en la que Rose DeWitt (personaje irreal que representa a una anciana de 101 años) recuerda la epopeya que vivió en el barco que se hundió, y con él, su amante (también ficticio) Jack Dawson.
De hecho, permíteme la licencia si digo que My heart will go on es, en cierta manera, otro protagonista -y muy destacado- de la película, de ese éxito arrollador que fue una producción multimillonaria -costó 200 millones de dólares, aunque recaudó 2.195 millones- y que está cargada de dramatismo pero también de sentimiento.

My heart will go on casi no se incluye en la BSO del Titanic
La realidad es que la canción estuvo a punto de no ser incluida en la banda sonora original (BSO) de la película. Y esto, ¿por qué? Si nos fijamos, esa BSO es íntegramente instrumental, con la salvedad de este tema.
Compuesta por James Horner (conocido por su trabajo en Braveheart, estuvo en la música y los arreglos) y Will Jennings (en la letra), antes de escucharla, James Cameron (gran aficionado al heavy metal -así lo ha reconocido él-) no estaba en modo alguno por la labor, sin embargo la discográfica, Sony Music, quería al menos un tema con el que sacar tajada, comercialmente hablando.
Y es que la label americana había invertido 800.000 dólares por los derechos del álbum de la banda sonora y confiaba en tener retorno.
Había un halo de posible fracaso con la película… pero, como todos sabemos, nada más lejos de la realidad.
¿Qué hizo cambiar de parecer a Cameron? Básicamente pensó que una canción de aquel nivel podría ser un factor importante para garantizar su financiación y ayudar a que el filme tuviera un mayor éxito en taquilla. No se equivocó.

La consagración de Céline Dion
Pese a que la diva canadiense ya llevaba años interpretando canciones en francés (su lengua materna) e inglés, y siendo considerada una de las grandes voces de Norteamérica, su presencia en esta película fue clave para posicionarse como una de las mayores estrellas mundiales de finales de los años 90, pero también para su consolidación como un mito de la canción de esa década y la siguiente.
Gracias a este tema, My heart will go on, Céline Dion encabezó listas de éxitos en más de 25 países. Algo que se dice rápido y pronto, pero no es nada sencillo.
Sin embargo, la cantante tampoco quería grabar el tema porque ya había registrado vocalmente las canciones de La bella y la bestia y Because you loved me.
A su entender, seguir por esa vía, podría cansar a sus seguidores. Se equivocaba.
El productor Simon Franglen, que había trabajado en los arreglos de sintetizadores de la BSO de Titanic le mostró la partitura a la cantante, con la que ya había trabajado previamente.
Ésta se negó en redondo, las razones eran claras. Sin embargo el marido de Dion, René Angélil, insistía: a la tercera va la vencida. De modo que la convenció para grabar una demo. Lo demás es historia…

Grabada a la primera
Céline Dion tiene fanáticos absolutos, como también tiene detractores. Pero pocos pueden poner en duda que tiene una voz privilegiada.
Prueba de ello es lo que comentó el que fuera en su día presidente de Sony -y también en su día esposo de Mariah Carey y hoy esposo de la mexicana Thalia-.
El ejecutivo aseguró que Céline Dion había grabado la voz de My heart will go on en una sola toma y aquella demo formó parte del metraje de la película.
Mi consejo es: coge unos auriculares, ponlos a un volumen medio y disfruta de la textura, de los matices que aporta la voz de esta canadiense que, según las últimas informaciones, no vive su mejor momento.
En 2022 se publicó que padece una enfermedad rara, autoinmune, que afecta al sistema nervioso y sólo afecta a una persona por cada millón de habitantes.
Se denomina síndrome de la persona rígida y provoca espasmos musculares que el enfermo no puede controlar.
Posteriormente pasaría por el estudio, dado el colosal éxito cosechado, para grabar nuevamente el tema, con pequeños matices mejorados -en particular al final de la pista-. El resultado puedes escucharlo en el disco Let’s talk about love.
Oscar a la mejor canción y 15 millones de copias vendidas
Titanic arrasó en taquilla y My heart will go on, como hemos visto, en las listas de éxitos.
El tema ganó el Oscar a la Mejor canción y vendió 18 millones de copias, lo que convirtió al sencillo en el segundo más vendido por una mujer en la Historia de la Música, así como uno de los singles más adquiridos desde que hay registros.
En concreto, en 1998, fue la canción con mayor volumen de copias físicas vendidas.
De hecho, hubo una amplia temporada en la que estuvieras donde estuvieras sonaba esta canción, que fue incluida en la lista de las Canciones del siglo de la RIAA (la Asociación americana de la industria del disco) y la Dotación Nacional para las Artes de los Estados Unidos.
Sobre la música empleada, hay que recordar, como decíamos al inicio de este artículo, que James Horner (1953-2015) firmó las BSO de películas como Braveheart o Leyendas de Pasión y que tienen una simbólica instrumentación, como las flautas irlandesas (penny whistles) y ese sonido que en un contexto casi ufano podríamos definir como “celta”.
En My heart will go on esto está muy presente, al igual que el uso de guitarras rítmicas y los instrumentos de cuerdas.

Premios y crítica
Aunque la canción cosechó unas cifras muy destacadas en los noventa, ha tenido sus detractores. Así, en 2011, los lectores de la revista Rolling Stone clasificaron el tema como uno de los peores de la década de los 90. Probablemente su sobreexposición tenga mucho que ver. Cuatro años antes, y en sentido opuesto, la cadena VH1 la encuadró entre las 100 mejores canciones de los 90. En 2021, MTV hizo lo propio, también.
Si bien, la canción ha cosechado numerosos premios, como el Grammy 1999 a la grabación del año, el de Mejor interpretación vocal pop femenina o el de Mejor canción de película. De igual manera, recibió el Globo de Oro a la Mejor Canción original de 1998.
El vídeo musical de My heart will go on
Dirigido por Billie Woodruff, en él aparece la cantante canadiense en la proa de un barco, mientras van apareciendo escenas de Titanic. Si bien, hay que decir que se filmó ante un croma, una de esas pantallas verdes que permiten proyectar imágenes e integrar al protagonista en ese contexto.
Años después, en 2018, la versión del director de este vídeo se pudo ver en Youtube, con imágenes inéditas de la artista, como una caminata hacia el final del barco.
