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La cláusula Van Halen, por los autores del mítico Jump18 minutos de lectura

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Cómo una banda de rock demostró su inteligencia al servicio de la música, frente a quienes les consideraban unos petulantes

Hoy hablaremos de la celebérrima cláusula Van Halen y, por ende, del tema más conocido de la banda, Jump.

FICHA
Canción: Jump
Grupo: Van Halen
Disco: 1984
Autores: Eddie Van Halen, Alex Van Halen, Michael Anthony y David Lee Roth
Posición en disco: 2
Duración: 4:01
Productor: Ted Templeman
Grabación: En 1983, en el Estudios 5150 de Eddie Van Halen, en Studio City de California (EE UU)
Publicación: 21 de diciembre de 1983
Discográfica: Warner

El rock tiene historias muy curiosas, pero hay pocas como la de la cláusula Van Halen. ¿Que no sabes de qué estamos hablando? Como digo, en este mundillo, hay rarezas, alegrías, miserias, gloria, paz, guerra, amor, desamor… excesos. Petulancia, soberbia, y a veces ignorancia. Mucha ignorancia. Pero también gente brillante, que desarrolla fórmulas que ni por asomo idearían las preclaras mentes que enseñan en las escuelas de negocio o de dirección empresarial. Es… como la vida misma.

El elemento troncal: Los M&Ms

Los emanens son para los americanos como para nosotros, los españoles, los chupachups. Algo muy nuestro. Pues bien, la historia que hoy traemos a Music and Rock tiene que ver con estos dulces.

Ya se sabe que los famosos tienen muchas manías cuando están en la cresta de la ola. Imagino que, aquellos que llegan a viejos, se sientan con sus nietos y les cuentan aquello de: espero, hijo mío, que algún día consigas lo que yo, pero que seas más listo transitando el camino. Aprovecha la vida, pero no te vuelvas loco si las cosas van bien.

Corría 1982 y la banda ya era un torbellino internacional, por supuestísimo el grupo de moda en Estados Unidos. Estaban en plena gira de su Tour Mundial. Y aquella locura requería un control… en concreto, un documento de 53 páginas -escrito a máquina- que remitían por fax a cada lugar en el que se disponían a actuar.

Fax con el encabezamiento del clausulado

Al detalle

Los Van Halen desarrollaban unos contratos detalladísimos para que todo estuviera a su gusto. Por una cuestión: fueron la primera macrobanda que se tomó en serio, realmente en serio, el show.

Más tarde, en el año 1984, Van Halen llegó a llevar a cabo más de 100 conciertos. Para ellos usaban unos equipos acústicos y de efectos especiales que ocupaban nueve camiones de 18 ruedas (Cada uno, se entiende)… Iban por delante de la banda, de tres en tres, y anticipaban las instalaciones.

Imagen del vídeo Jump, de Van Halen

Lo habitual por aquel entonces era que fueran, a lo sumo, tres trailers los que portaran el material de las grandes bandas. Piano, piano… Eran unos adelantados a su época.

Aquello resultaba un tormento para los promotores de los conciertos y para los propietarios de los establecimientos donde tenían lugar los directos. Pero los Van Halen eran de aquel planteamiento tan efectivo que dice que lo bien hecho, bien parece. Más aún cuando, fueron pioneros en algo que hoy ya es más común: esas varias versiones escénicas que marchaban con la logística antes de que ellos aterrizaran en cada ciudad.

500 puntos de contrato

En total, los contratos recogían más de 500 puntos, entre los que se encontraban el número de enchufes de que dispondrían, su potencia (te doy una muestra: quince tomas cada cinco metros y medio, para suministrar 19 amperios), o el peso que podía aguantar el escenario…

Pues bien, Van Halen tenía fama de incorporar una cláusula particular en sus contratos: la denominada artículo 126, que exigía que al fondo del backstage tenía que haber un bol lleno de M&Ms de cualquier color, excepto el marrón. Si no se cumplía ese punto del contrato, podían dejar de actuar y cobrar igualmente. Es decir, recibir todos los honorarios pactados, a cambio de nada.

M&Ms marrones

¿Se dio el caso? Os lo cuento más abajo.

La cuestión, por ir centrando el tiro, no eran sólo los M&Ms: si faltaba ese detalle, podían faltar los realmente relevantes. La banda, miraba ese artículo 126, y, en caso de ausencia de cumplimiento, revisaba el aspecto técnico al milímetro antes de subir al escenario. Y se dio el caso de que los promotores no habían hecho prácticamente de lo exigido. Con la consiguiente trifulca.

Todo esto tiene un origen, obviamente. En una de sus primeras giras de los Van Halen, al parecer, un ciclista puso en peligro la vida de los integrantes del grupo cuando estaban en carretera.

La anécdota hecha ciencia

Es una anécdota que, en realidad, dice mucho de la inteligencia de la banda, y que, ciertamente, sí se estudia en escuelas de negocio. Por ejemplo, Chip y Dan Heath hablan de esta singular historia en el libro Decisivo. Cómo tomar mejores decisiones en la vida y en el trabajo.

Y como una imagen vale más que mil palabras, vamos a mostraros cómo era la cláusula que Van Halen ponía en sus contratos, aparentemente muy caprichosa, pero tras la cual había un inteligente razonamiento de un buen gestor. Algo digno de estudio para gente con corbata, a pesar de ser inventada por melenudos de ropa de dudoso gusto. Sobre todo la que se calzaba David Lee Roth.

Apartado de las golosinas, en la clausula 126 de Van Halen

Aquello aparecía en la sección de Para picar, aunque había más.

¿Y cómo se les ocurrió la Cláusula?

David Lee Roth explicaba en sus memorias que tenían que ir de punta a punta de los Estados Unidos, que aquello era una gran producción, y que la cláusula tenía un sentido: no querían errores humanos (tan frecuentes, por otra parte) que afectaran a su seguridad. Si el promotor no había retirado aquellos dulces, estaba claro que no se había leído el contrato, y podían presentarse problemas. Un argumento inteligente, si nos paramos a pensar.

Lo que algunos veían como una absurda y egocéntrica lista de deseos, después se generalizó en el mundo de la música. Aunque, dependiendo del nivel intelectual de los artistas con mayor o menor sentido.

El singular cantante de Van Halen David Lee Roth

En el caso de Van Halen, defendía su vocalista, no era por hacer demandas absurdas, caprichitos de nuevos ricos. No, no era eso…

Pues bien, según el propio Lee Roth, nunca apelaron a la cláusula. O eso defiende el singular vocalista. A pesar de lo cual, la prensa de la época se hacía eco de un disturbio en un concierto en Nuevo México, con un coste de 85.000 dólares de aquel momento. Aunque no sucedió exactamente así…

Aquí también hay leyenda urbana

La versión, como siempre, depende de quien la da, pero el propio Roth no se rasga las vestiduras y reconoce que sí se enfureció: “No habían leído el contrato -lamenta -. Fui tras el escenario y vi que había algunos dulces de color marrón. Arrojé el buffet, abrí un boquete en la puerta… una diversión de 12.000 dólares. El piso del escenario se hundió, porque no se molestaron ni siquiera en mirar los requisitos del piso. Ahí se fueron al garete 80.000 euros, que cayeron al piso del Arena”.

El cantante sentenciaba, sobre ese episodio: ¿Quién soy yo para entorpecer un buen rumor? Pues eso… Que el coste de los desperfectos fue algo mayor de lo que publicaron los medios.

Primer grupo llenaestadios

Van Halen era el primer grupo que hacía grandes producciones en Estados Unidos. Bueno, en el mundo. El contrato que hacían por tanto era excesivamente técnico, con un montón de especificaciones, así que decidieron introducir esta cláusula como modo de testear que todo estuviera bien…

Si lo pensamos, introducir una cláusula de este estilo en ciertos contratos puede ser una forma de tener una forma rápida y sencilla de chequear ciertos aspectos técnicos, sin problema alguno. Y, sobre todo, ganando tiempo y certezas.

Detalle de las claúsulas que exigían Van Halen en sus contratos

Pero, ¿nos vamos a quedar exclusivamente en los M&Ms? Entre las otras peticiones que hacían estaban seis galones deleche con chocolate, tres quintos de bourbon Jack Daniels Black Label, dos quintos de vodka Stolichnaya, una pinta Southern Comfort, además de dos botellas de vino blanco Blue Nun.

Bebidas, a temperatura ambiente

Esas bebidas debían servidas a temperatura ambiente.

También demandaban dos galones de agua mineral no carbonatada, una botella de jugo de lima rosa, jugo de toronja, jugo de manzana, jugo de uva, doce botellas de Perrier, ocho cuartos Gatorade (sin gas, sabor lima), así como otros refrescos.

¿Seguimos? Venga, porque me lo pides: doce tazas de mantequilla de maní de Reese, y doce yogures Dannon clasificado, en hielo. Y diez docenas de rosquillas…

Podríamos continuar, pero destacaremos sólo otra petición más: arenque en crema agria.

Ahora, con vuestro permiso, quería contar alguna cosa más sobre Van Halen

El cuarteto más popular de Pasadena arrasó a finales de los 70 porque lo tenía todo: la imagen y la locura de David Lee Roth (voz) y la maestría a la guitarra y a la batería de los hermanos Alex Van Halen y Eddie Van Halen (para muchos uno de los mejores guitarristas de este universo rock, con sus escalas neoclásicas). Y una música que rompía cánones. Como debe de ser.

Teloneros de Black Sabbath

La banda trabajó duro, y logró su primero contrato en el Anaheim Stadium en 1977, y por entonces, otro hito fundamental: ser el grupo telonero de Black Sabbath… Viviendo deprisa.

Las crónicas del momento señalan que sus actuaciones musicales lo tenían todo: un alocado Lee Roth brincando de punta a punta del escenario, y a un Eddie Van Halen (el grupo toma ese nombre, como habéis visto, porque en él estaba también su hermano Alex), en su línea.

Portada del disco que catapultó a la fama a Van Halen, su homónimo

Aquel chaval que asombró al mundo con el punteo de Eruption iba a dar de qué hablar. Perplejos dejó a todos en apenas 1 minuto y 42 segundos de sólo de guitarra -arropado por apenas unos golpes de percusión- que el intérprete se empeñaba en tocar de espaldas, para que nadie copiara su técnica. ¡Vaya, como para copiar eso!

Puedes encontrar ese tema en álbum homónimo que publicó Warner Bros en 1978, un disco en el que también estaba la exitosa versión que hicieron de You really got me de The Kinks. Y que recomiendo escuchar encarecidamente. Diez millones de copias despachó a las primeras de cambio.

Los nuevos Led Zeppelin

En una intensísima década de los 70, pocos esperaban nuevos sobresaltos. Y con Van Halen llegaron. Su disco homónimo fue una auténtica revolución, sobre todo por la maestría a la guitarra de Eddie. Los calificaron como los nuevos Led Zeppelin, y no iban desencaminados.

De aquella incipiente banda que rompería registros siempre presumió el líder de los Kiss, Gene Simmons, quien siempre fardaba de haber sido su descubridor en Los Ángeles. Lo que no cuenta tanto es que trató de desintegrar el grupo llevándose a Eddie a los Kiss, eclipsados por el potencial de un grupo que despachó maravillas como la citada Eruption o Ain’t talkin’ ‘bout love.

Los siguientes años fueron un torbellino. La banda de hard rock editó diferentes discos, con varias formaciones, pero sigue siendo una de las formaciones que más álbumes ha vendido en Estados Unidos, concretamente 90 millones de discos. Esto le permitió acceder al Salón de la Fama del Rock en 2007.

Jump, su canción definitiva

Van Halen habría pasado a la historia igual, pero su álbum 1984 contenía la canción por la que transitarían por la radiofórmula más comercial y llegarían a todos los públicos.

Carátula del single Jump, de Van Halen

No fue un trabajo especialmente profundo, como reconocía la banda, pero sí era revolucionario en cuanto a su sonido: una banda de metal incorporaba el teclado. Algo con lo que arrasarían dos años más tarde los suecos Europe.

Lo cierto es que el tono de piano ya lo escribió el guitarrista. Pero, la idea se retoma tras participar Eddie Van Halen en la grabación de Beat it (ese punteo sólo podía ser suyo) de Michael Jackson, que convenció al resto de la banda de las bondades del piano eléctrico. ¿A todos? A todos, no… Como era de suponer, David Lee Roth se oponía… Nadie ha entendido muy bien cómo han podido convivir dos caracteres tan opuestos en una banda con tantísimo éxito.

No fue flor de un día

El caso es que fue Eddie Van Halen el encargado de dar vida al sintetizador, concretamente a un Oberheim OB-Xa, y a la vista está que lo hizo de lujo.

El single, primero del trabajo 1984, ve la luz el 21 de diciembre de 1983. El disco salía a la venta el 9 de enero siguiente… Y el sencillo llegó al número 1 en el Billboard Hot 100.

Como curiosidad, hay que decir que Roth dedicó el tema al artista de artes marciales Benny Urquidez, por aquello de que le daba clases… Curioso tipo David Lee, que fue, por ejemplo, quien contribuyó con el video musical de esta canción, dirigido por Pete Angelus. Fue nominado a tres premios de la MTV y ganó el de mejor interpretación escénica.

Interior del sencillo Jump, de Van Halen

Con un presupuesto irrisorio hicieron uno de los vídeos más recordados del rock de los 80. Se hizo, básicamente, interpretando varias veces, en directo, el tema que nos ocupa.

Para componer la letra, el cantante recordó reportajes que había visto en televisión, y en ellos destacaba uno que aludía a un hombre que se había suicidado al saltar desde un edificio. En lugar de darle un enfoque catastrofista, se planteó una invitación a amar. Y tan ancho se quedó.

A bordo de su Mercury

Por otra parte, también ha señalado alguna vez que la letra versa sobre una stripper… Un tipo singular. A bordo de su Mercury.

Hay que señalar que su imaginación es elevada, y siempre asegura que la composición de la letra la llevó a cabo mientras conducía su viejo Mercury convertible de 1951. ¡Vaya si le llega a ver la L.A.P.D!

Un año después de aquel exitazo, David Lee Roth abandonaba la banda.

Jump se materializa en el estudio 5150 de Eddie Van Halen, y el proceso de producción fue singular. Van Halen y el productor Ted Templeman llevaron a cabo la grabación de noche y tras escucharla Roth, se sumó al proyecto.

En California, el código 5150 se refiere a casos relacionados con cuestiones psiquiátricas o mentales.

La cara b del sencillo en Estados Unidos fue House of pain. Curiosamente, un grupo con ese nombre publicó en 1991 una canción titulada Jump around.

En casi todas las celebraciones deportivas

Como todos sabéis, éste es un tema que no puede faltar en toda competición deportiva de altura que se precie. De hecho, hay equipos de fútbol que utilizan la canción para aleccionar a los suyos o tras la consecución de goles propios. Es el caso de el Olympique de Marsella, el Brondby IF o el AC Milán. También se da en otros deportes.

La canción, para la VH1 es la décimo quinta mejor canción de los 80, mientras que también forma parte de las 500 canciones que perfilaron el Rock and Roll, según el Rock and Roll Hall of Fame and Museum.

Además, la canción ha aparecido en diferentes películas. Tal vez la última sea Ready player one, pero el año pasado lo hizo en Gru 3 y el anterior en Sing.

El salto a la fama, amig@s, está asegurado. Y con este Jump de Van Halen se lleva mejor…

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Tip de la letra de Jump de Van Halen
Botón para acceder a la letra de la canción

 

Chema Sánchez

Soy Chema Sánchez, Chemartaco, periodista, músico frustrado y amante de todo lo que suene bien. Music and Rock es la web de análisis de canciones, críticas de libros musicales, entrevistas y crónicas de conciertos creada en noviembre de 2017. Con esta web he sido finalista en los Premios 20blogs de 20minutos en 2019 y ganador en la categoría "Blog Personal" en la XIV edición, en 2020. En 2021 el blog recibió el premio al "Mejor Blog" de los VI Premios Transformación Digital de Castilla y León. ¿Me acompañas? Contáctame en: musicandrock@musicandrock.com

Esta entrada tiene 6 comentarios

  1. Muchas gracias, Albert. Gracias por tu comentario. ¡Qué bien que te haya gustado la el texto! Te animamos a suscribirte al blog.

  2. Albert O.

    Me ha flipado la historia y lo bien contada que está. Muy buena la clausula, digna de poner de ejemplo de que el trabajo bien hecho tiene futuro.

  3. Gracias por tu comentario. Bueno… ya sabes que no siempre las canciones más conocidas de muchos grupos son sus mejores obras. Por aquí hay un ejemplo paradigmático, en un estilo muy diferente, como es «Entre dos aguas», de Paco de Lucía.

    No obstante, lo que contamos en esta entrada demuestra que los Van Halen no eran estrellas de rock al uso, ya sabes: sexo, drogas, etc…

    ¡¡Saludos!!

  4. Roberto

    yo admiro a Van Halen, pero siempre odie la cancion Jump, de hecho me molesta que a quien se le pregunte por Van Halen inmediatemente diga Jump, pero ahora que leo esto creo que la estoy odiando menos, muy interesante, gracias!

  5. Me alegra que hayas leído todo el texto, que mi trabajo me costó escribir, Carolo. La moraleja extraída es la correcta: no por mucho madrugar amanece más temprano.

  6. Carolo

    Interesante anécdota. La moraleja que extraigo es la siguiente: aunque a todos nos fastidie, hay que leer el manual de instrucciones antes de enchufar X aparato y darle al play.

    Y si no sigues el folleto de esa casa de muebles sueca, ya ni te cuento… Jojojojo

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