Análisis de I promised myself de Nick Kamen
Modelos que han triunfado como cantantes… o al menos lo intentaron
Canción: I promised myself
Grupo: Nick Kamen
Autores: Paul Muggleton y Mike Paxman
Disco: Move until fly
Duración: 3:57
Posición en disco: 1
Publicación: Junio de 1990
Grabación: Inicios de 1990
Producción: Andy Richards y Phil Legg
Posición más alta en listas: 50 (Reino Unido)
Discográfica: WEA-EMI
Análisis de I promised myself de Nick Kamen. Sí, ni Nick Camen, ni Nick Kamem, ni Nick Keiman… Empezamos…
¿De qué trata la canción I promised myself?
La canción aborda algo muy presente en las canciones ligeras (no en el sentido baladista, aunque podemos también catalogarla así). El amor está en el aire: te prometí que te esperaría […], te prometí el cielo, te regalo flores […]
Mucha duda, en este caso, no hay. El cantante le está dedicando una canción a su querida. No muy sesuda, ciertamente, pero tremendamente efectiva.
¿Qué tuvo que ver Nick Kamen con Madonna?
La historia de Nick Kamen tiene su miga. De él se dijo que como su madrina era Madonna y el hombre estaba de buen ver, allí había habido «temita».
Pero con lo que sí hubo temita fue con este sencillo de synth-pop, que arrasó en las listas de éxito de media Europa. Aquello se tituló I promised myself.

Una canción bastante simple, pero que captó a la primera la atención en las radiofórmulas y se convirtió en un gran éxito, el más importante de su carrera.
Corría el año 1990, el del U can’t touch this, de MC Hammer (versión del Super Freak de Rick James).
Nacía una década en el que las pistas de baile se llenarían de maravillas como las de The KLF, Guru Josh o Snap!, otras cosas asumibles como Technotronic y el house, y otras infumables como… bueno… dejémoslo en otras.
I promised myself apareció encabezando el tercer disco de estudio del artista británico. Un álbum titulado Move until fly, que arrasa en Austria, Suecia, pero también en España o Italia.
Un anuncio de Levi’s catapultó a la fama a Nick Kamen
Como comentábamos «ayer», la publicidad ha catapultado a muchas canciones y quienes la interpretaban al incorporarlas en spots. He aquí otro ejemplo. Ahora bien, los anuncios también han permitido a más de uno dar el salto a la fama.
Es el caso de Nick Kamen, que protagonizó un spot de Levi’s (anterior al que veíamos con Stiltskin) en el interior de una lavandería, ambientado en los años 50 de la pasada década.
De fondo sonaba I heard it through the grapevine de Marvin Gaye. Aquí el objeto de deseo es el a la postre un cantante, un hombre que se despelota (ay, si fuera una mujer, las manos todos a la cabeza…). ¡Cuanta hipocresía!, que cantaban los Rage Against the Machine.
En fin, esos treinta segundos, que se emiten a mitad de los 80 hicieron de Nick Kamen todo un sex symbol en Estados Unidos, y a Levi’s engrosar sus arcas de una manera bestial. Baste decir que según las crónicas de la época (y alguna que otra leyenda urbana), las ventas de la multinacional de tejanos se multiplicaron por ocho.
Como otra que decía aquello de que los ingresos que Telepizza eran desorbitados en cada transacción (8 de pago del cliente frente a 1, de producción). Sed compasivos, porque, cuando cavilábamos estas cosas, éramos adolescentes.
Nick Kamen aparece en The Face
Nick apenas tenía 25 años, era un tipo normal, llegado de Inglaterra, procedente de una familia de siete hermanos… Había sido incluso aprendiz de peluquero… y luego apareció en The face, lo que le empezó a abrir puertas.
Y de la noche a la mañana se convirtió en uno de los tipos más deseados (por mujeres, pero también por hombres) en Estados Unidos. El poder de la televisión. Al menos entonces. Pero la fama cuesta, que decían en Fama. Y antes de la campaña de Levi’s protagonizó otras.
Como una fundamental, de Calvin Klein, donde conoció a Bruce Weber, una gran influencia para él. Un tipo después salpicado por los escándalos de supuestos acosos sexuales, que llena líneas y líneas en los últimos meses en EEUU.
Después vino el rodaje y difusión del conocido spot –uno de los más relevantes de aquella década-, pero lo que a Kamen le gusta es la música.
¿Por qué ayudó Madonna a Nick Kamen?
Y tiene la carambola-suerte-solsticio de que una grabación suya llega a Madonna, que le produce su primer single y además, presta su voz a los coros. La campaña de marketing soñada.

¿Qué si hubo tomate entre ambos? Seguramente si fuera en los tiempos que corren, se habrían hecho alguna fotillo y la habrían subido a la red social de turno. Pero eran otros tiempos, y ambos en teoría tenían asuntos amorosos.
A partir de ahí publica un disco de versiones y, dos años más tarde, logra su gran pelotazo que precisamente será éste, I promised myself.
La cuerda daría para grabar tres discos más y para aparecer en alguna banda sonora de Hollywood.
Modelos que han triunfado en la canción
Natalie Imbruglia
Haberlos, los ha habido en todos los tiempos. Pero vamos a centrarnos en los 90, que estamos de revival de esa década. En los ochenta hay más casos, pero traeremos aquí a colación otros dos: Natalie Imbruglia y Ké.
La australiana, un bellezón colosal con una voz que a más de uno enamoró, se hizo mundialmente conocida con su balada Torn.
Pero antes había participado en una serie de su país Vecinos que a más de uno lanzó al estrellato (por ejemplo a los mundialmente conocidos Kylie Minogue y Jason Donovan).
Por supuesto, apareció en anuncios, de Coca Cola o de los snacks Twisties, y dejó la escuela para actuar a los 16 años. Lo demás es historia, como que actuara con Mr. Bean en Johnny English.
Su primer disco vendió seis millones de discos y ese single que la lanzó a la fama es el más radiado en Australia desde 1990. Concretamente, desde 1998, se ha puesto unas 75 veces al día, más de 300.000 veces.
Ké, otro one hit wonder de libro
Si os doy el nombre Kevin Grivois os quedáis como estáis, si os digo Ké, pues igual, pero si os hablo de aquel cantante que salía en pelotas en un vídeo dentro de un baño y no dejaba de moverse (postureo lo llamamos ahora), tal vez os venga a la memoria.
Con su disco I am (), a mitad de los 90 se hizo famoso, pero fundamentalmente con una sola canción, muy buena, titulada Strange world. Otro himno antiviolencia made in England.
Después publicaría otros dos discos, pero sin éxito. El mestizaje estaba muy presente en la vida del cantante, que era hijo de francés y de madre cherokee, y que quiso hacer de lo andrógino (al menos con sus tonos de voz) una seña de identidad. Fue un single especialmente escuchado en 1996 en Reino Unido, Alemania o Italia, donde logró enorme repercusión.
En Estados Unidos no alcanzó grandes posiciones la canción original pero, curiosamente, sí lo hizo una mezcla del tema de Junior Vasquez.
Como tantos otros, cansado de la fama, optó por el retiro y hoy pasa sus días dedicado a apoyar asuntos de protección de animales.

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