El dúo de Akron se marcó un disco soberbio con El Camino, que aún suena gracias a temas como éste, metáfora de las adicciones y el apego material
Canción: Gold on the ceiling
Grupo: The Black Keys
Disco: El Camino
Posición en el disco: 3
Duración: 3:44
Autores: Dan Auerbach / Patrick Carney / Brian Burton
Productor: The Black Keys / Danger Mouse
Discográfica: Nonesuch
Grabación: marzo-junio 2011, en Easy Eye Sound Studio de Nashville, en Tennessee
Lanzamiento: 6 de diciembre de 2011 (disco); 25 de febrero de 2012 (single)
Puesto más alto en las listas de éxitos: 94 (US Billboard); 57 (UK Charts)
Hoy hablamos de Gold on the ceiling de The Black Keys.
Sin duda, ésta es una de las mejores canciones de 2012, aunque se lanzó en 2011 dentro del disco El Camino, probablemente el disco más conocido de la banda de Dan Auerbach y Patrick Carney. Gold on the ceiling fue el segundo tema extraído del LP, con éxito en países como Australia y Canadá, pero también en la América Hispana e incluso en España, donde llegó a ser el tema de promoción de La Vuelta Ciclista, una de las tres pruebas de tres semanas más importantes del mundo en el deporte manual de dos ruedas.
El Camino vendió más de 200.000 copias en la primera semana de publicación, una marca a la altura de pocos grupos en el momento en el que se publicó el disco, a finales de 2011.
Significado de Gold on the ceiling
La canción parece referirse a las adicciones a las drogas, pero también incorporar metáforas referidas al sexo -en ciertos tramos de la misma- y las vinculaciones que crean la posesión de cosas materiales.
Igualmente, parece aludir a situaciones que constituyen un clásico por ejemplo en la frase hermenéutica de ciertos guiones cinematográficos o de series, sobre todo en las tramas de hampa, como son la discusión con un traficante sobre cuotas atrasadas que nunca se abonarán. Plazos, más plazos, y malos desenlaces.
Auerbach afirmó a American Songwriter que contrató a tres jóvenes locales para cantar las armonías del evangelio en esta canción sobre la naturaleza ilusoria del éxito material.

Después del pelotazo que fue Lonely boy
Cuatro meses antes de que se publicara Gold on the ceiling, el grupo de Ohio había lanzado el primer single de El Camino, Lonely boy. Aquello fue un auténtico pelotazo, que encabezó listas de éxitos de Estados Unidos y Canadá, y llegó a estar en el 64 del Billboard, el sorprendente puesto más alto alcanzado por The Black Keys en el listado de su país. ¿Cómo una banda del nivel que tiene ésta solo llega hasta esa posición? Esto explica mucho la degradación de la industria y el negocio discográfico en las últimas décadas. Probablemente desde mediados de los 90.
En Australia alcanzó el número 2 del Singles Chart y el 33, en el Canadian Hot 100. Cosechó también éxito en otros países como Dinamarca y Nueva Zelanda.
Aquel lanzamiento constituyó el mejor anticipo posible para lo que vino después: ésta canción y alguna otra extraída como promocionales, por ejemplo Little Black submarines (magistral, para mí la mejor del disco, pero con menor recorrido comercial), resultaron ser éxitos, y la confirmación absoluta de que el trabajo además de tener el favor de la crítica, lo tenía del público.

La mano de Danger Mouse
Entre dicha crítica se destacó la labor como productor de Danger Mouse, que sustentó ese sonido colosal de un disco que hizo historia, y que consolidó lo que ya hizo en su anterior colaboración con la formación, en Brothers, trabajo de 2010, en el que ya explotaron ese sonido distorsionado, que recuerda a canciones elegidas para sus películas por el Tarantino de los 90, como Howlin’ for you.
En la revista Rolling Stone, Will Hermes hablaba del garage pop que supuraba en el álbum, «con la arrogancia de T Rex y una locura de guitarra que casa perfectamente con la letra, una diatriba paranoica que hace temblar mientras bailas».
En la crítica al tema que realizó Randall Roberts, para Los Angeles Times, aseguraba que la canción «suena como si hubiera existido desde siempre».
Hasta en la sopa
Durante un tiempo, Gold on the ceiling sonó sin parar. Lo sigue haciendo. No sólo, como decía, en España. En el Reino Unido fue el acompañamiento de un anuncio para la cerveza india Cobra. En Estados Unidos sirvió para promocionar la popular serie Veep y apareció en otras igual o más conocidas, como NCIS o Suits, y en películas tan populares como Ocean’s 8.
De igual manera, la cadena NBC Sports lo tuvo como recurso para las retransmisiones de los atletas olímpicos que se hicieron con el oro en los Juegos Olímpicos de 2012, en Londres.
El tema fue interpretado en vivo durante la ceremonia de entrega de los MTV Movie Awards 2012, junto con el artista Johnny Depp, a la guitarra.
La portada del hit muestra la entrada sur del Rolling Acres Mall, unos grandes almacenes, en Akron, en Ohio. La del álbum, que seguro que es la que recuerdas, una microcaravana parecida a la que tenía el grupo en el inicio de su carrera. Pero, te explicaré más sobre esto adelante.

Similitudes con otros temas
Algo común, recurrente cuando una canción triunfa, es ese ejercicio casi espiritual de algunos por buscarle parecidos. Entre los que se detectaron para Gold on the ceiling, se encuentra un tema de los Yardbirds de mediados de los 60 que, como los de Akron, bebían a chorros del blues. Esto explicaría esas similitudes en lo referido a los golpes de guitarra de esta canción de I’m the man del citado grupo británico que, entre otros, integraron Eric Clapton, Jimmy Page y Jeff Beck. Casi nada al aparato.
De igual forma, se ha señalado que un tema de David Bowie, aquel que tuvo un papel relevante porque sirvió para dar nombre a uno de los grupos más relevantes de los 80, como fue Simple Minds, titulado The Jean Genie (1972) también tiene tonalidades parecidas.
El Camino, ¿qué supuso?
El disco bebe, por supuesto, de un género como el rock and roll, pero también del glam rock, el soul o el surf rock. Esa riqueza de mixturas, además, va reforzada con esa presencia -casi omnipresencia- de Danger Mouse, que aparece en los créditos como coautor en el LP.

Con otro añadido: el disco se escribió al completo -con la excepción de Little Black Submarines– y se grabó en el Easy Eye Sound Studio de Nashville, en Tennessee, hasta donde llevaron la consola de mezclas Quad-8, que empezó a arrasar en esta ciudad-cuna del rock, a finales de los 60. Y ellos recuperaron medio siglo después.
El estudio, por cierto, daba vida a un sueño personal de Auerbach, y ese emplazamiento casi acababa de abrir.
Cada canción partía de una tormenta de ideas entre los dos componentes de la banda y Danger Mouse, el material se perfeccionaba, y luego llegaban los arreglos, que daban paso a las grabaciones, en más de un caso registrada en una sola toma.
Hay que buscarse la vida
Se cuenta que la banda llegó a utilizar los baños del estudio para registrar voces y palmas con eco. Tipos apañados.
El Camino, lanzado en diciembre de 2011 -algo raro en la industria discográfica que se haga durante ese mes- ganó el premio al Mejor Álbum de Rock, en la entrega de los Grammy de aquel momento, y Lonely boy fue considerada la Mejor Interpretación de Rock y Mejor canción de Rock.
La crítica más elocuente que se publicó en torno a este disco la lanzó James Lachno de The Daily Telegraph, quien aseguró que el trabajo de producción dio a cada canción «una calidad atemporal, tan adecuada para un salón del medio oeste de los 70 como para una discoteca indie de estudiantes».
¿Y a qué se refieren con El Camino?
Se refiere, concretamente, al Chevrolet El Camino, un utilitario cupé. ¿Por qué lo titularon así? La banda estaba de gira en Canadá en 2010, cuando vieron un coche de este modelo y la broma se acabó convirtiendo en realidad.

Aquel chistoso nombre que ellos ni siquiera se habían preocupado por entender cobró mayor relevancia al ir creciendo y creciendo la popularidad del álbum y vino a suponer un auto-reconocimiento a muchas horas en la carretera, muchos esfuerzos y un perfeccionamiento de la técnica musical e interpretativa llevada a cabo durante años.
El camino está para ser andado.
El vehículo de la imagen de portada es un Plymouth Grand Voyager similar al de color azul que el grupo utilizó durante el primer año y medio de su carrera.
Una banda alejada de convenciones
Si tienes pasta, eres más independiente. Si tienes ideas y las llevas hasta el final, aún lo eres más. Éste, en resumen, podría ser un planteamiento profesional y casi vital apegado a estos dos amigos desde la infancia -vivían a dos casas de distancia en Akron- que montaron la casa desde los cimientos y en el techo colocaron un cartel en el que se leía The Black Keys. La formación de garage rock más popular de finales de los 2000 y los primeros 2010 ha bebido de incontables fuentes, en particular del blues más crudo, como el primigenio Robert Johnson, o de Howlin’ Wolf por poner algún ejemplo.
El nombre del grupo procede de un vecino que tenían en Akron, Alfred McMoore, un artista multidisciplinar diagnósticado por esquizofrenia, quien dejaba incoherentes mensajes en sus contestadores automáticos, refiriéndose a sus padres como teclas negras (la nota re bemol) cuando estaba enfadado con ellos.
Videoclip de Gold on the ceiling
Hubo dos versiones.
En la primera, de Reid Long, se ven diferentes conciertos de la banda. Sin más. Aplausos.
El segundo clip lo dirigió Harmony Korine, autor de películas como Gummo and kids, y filmado en VHS irregular.
Vio la luz en mayo de 2012.
Es una rallada. Sin más, también.
El guión del mismo nos muestra a The Black Keys vestidos de la marca Baby Björns, pero atados a versiones gigantes de sí mismos. Una especie de doppelgängers de los intérpretes, que buscaban hacer con esto un paralelismo singular con los jugadores del equipo local de basket Belmont Bruins… Una rallada importante.
Te explico antes de seguir lo que es un doppelgänger, que según ciertas tradiciones ancestrales se refiere a un gemelo malvado que actúa a espaldas del ser original. Es también considerado una especie de fenómeno paranormal que presagia acontecimientos negativos.
Auerbach y Carney tuvieron un pleito con Pizza Hut porque la cadena de restaurantes utilizó una melodía que recordaba mucho a la canción para un anuncio de su Cheesy Bites. Lo cierto es que esta canción ha sido un reclamo colosal en el ámbito del marketing, la publicidad y la promoción, en general.

Letra de Gold on the ceiling de The Black Keys
Down in the waves
She screams again
Roar at the door
My mind can’t take much more
I could never drown
They wanna get my
They wanna get my
Gold on the ceiling
I ain’t blind
Just a matter of time
Before you steal it
It’s alright
Ain’t no blood in my eye
Clouds covered love’s
Barbed-wire fence
Strung up, strung out
I just can’t go without
I could never drown
They wanna get my
They wanna get my
Gold on the ceiling
I ain’t blind
Just a matter of time
Before you steal it
It’s alright
Ain’t no blood in my eye
They wanna get my
They wanna get my
Gold on the ceiling
I ain’t blind
Just a matter of time
Before you steal it
It’s alright
Ain’t no blood in my eye
Gold on the ceiling
I ain’t blind
Just a matter of time
Before you steal it
It’s alright
Ain’t no blood in my eye