La danesa que arrasó en medio mundo durante los 90 gracias al gracejo aeróbico español
Cantante: Wighfield
Autores: Larry Pignagnoli y Davide Riva
Productor: Larry Pignagnoli
Duración: 4:07
Lanzamiento: noviembre de 1993
Discográfica: Prodisc
Analizamos hoy uno de los grandes temas del dance de los años 90, Saturday Night de Wighfield. Y, sí, como lo oyes: la primera vez que la artista vio el baile fue ¡en Valladolid!
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El descubrimiento del baile de Saturday Night de Wighfield
«La primera vez que vi el baile estaba de promoción en Valladolid en un evento de la radio. Estaba tan nerviosa que no recordaba ni el nombre de la ciudad, así que me lo escribí en la mano. Estaba muy nerviosa y cuando salí y vi a toda esa gente bailando, unas 10.000 personas, no me salió más que gritar: ‘¡Gracias, Valla!», contaba recientemente entre risas la intérprete a EFE, según recogía Las Provincias. De ella vamos a hablar en esta entrada.
El baile se va gestando poco a poco, pero es tal la bola que se hace que sucede esto que Wighfield contaba más arriba… ¡Todo el mundo sabía su coreografía!
En España, además de siesta, paella y toros, siempre hemos tenido buen oído. Y muchas ganas de bailar. ¿Verdad?
Esta canción, a la que dio vida esta ex-modelo danesa, arranca su exitosa andadura en nuestro país y, posteriormente, se expande gracias a un simpático baile que comienza a verse en las pistas de las discotecas de nuestro país.
Y, como esas las conocen bien unos turistas que siguen poblando nuestras playas (¡que se lo digan a ciertos territorios del Mediterráneo!, con la invasión que viven, en particular en verano), pues el asunto se expande fácilmente.

¿Quién es Wighfield?
Sannie Charlotte Carlson, natural de la localidad danesa de Skaelskør… Así se llama nuestra protagonista de hoy. Tras estudiar diseño (moda, para más señas), viaja a Bolonia con vistas a ampliar formación y encontrar oportunidades.
Trabaja como relaciones públicas en garitos de la ciudad, conoce a Davide Riva, un DJ de allí, amigo del productor de Spagna (la de Easy Lady).
Ambos convencen a la nórdica para grabar… y ahí tenéis el resultado.
De modo que nace Wighfield, su denominación comercial, a partir de la cual triunfaría, con el tema que nos ocupa.
Una canción que, según la artista, no tardó en componerse ni dos horas. Lo cierto es que, con la letra, no es que se partieran los cuernos, no… Vamos, que no es precisamente una maravilla.
Ese nombre elegido para ella, por cierto, es un homenaje a un antiguo profesor de música.
El eurodance en los 90
Era noviembre 1993 y parecía que era el momento de lanzar algo que arrasara, en una época en la que el Eurodance aún tenía cosas que decir.
Lo hemos visto por aquí, por ejemplo, con U96 y su Love sees no colour. A finales de ese año empieza a sonar el tema que nos ocupa, de la mano de la discográfica valenciana Prodisc, y en 1994, literalmente arrasa.
Fue la única que creyó en aquel proyecto…
¿Recordáis aquel disco rosa? Un poco más arriba tenéis la imagen, que os traerá algún que otro recuerdo…
El single funciona, a pesar de que desde el primer momento persiguieron al tema rumores de plagio, que luego fueron desestimados.

¿Cómo se baila el Saturday Night de Wighfield?
En el vídeo que verás un poco más abajo, extraído de Top of the Pops, el programa más importante de música en Inglaterra, te vas a poder hacer una idea.
Si bien, en Youtube tienes decenas de ellos, unos con mejor fortuna que otros. Ahora bien, sí te podemos decir que, si no lo conoces ni lo disfrutaste, es sencillo a rabiar. Al igual que divertido.
En torno a este tema hay mucha ficción. Concretamente, sobre cómo surge el baile, que es cuestión diferente a la primera vez que lo ve su intérprete.
Una teoría cuenta que un instructor valenciano de aerobic dio, de casualidad, con la canción en una tienda de discos y creó un baile con ella. Como trabajaba en un complejo hostelero se llevó a su grupo de abueletes a la playa, y estos hablaron de la canción a sus nietos.
De manera que el boca oreja funcionó. Y los pinchadiscos españoles empezaron a poner aquel tema divertido que había cobrado vida propia.
Recordemos que estamos aún en los años de la Ruta del Bakalao.

Éxito en España
De manera que, ya en 1994 Saturday Night permaneció catorce semanas en lo alto de las listas de singles de la Afyve, en España.
Algo que no solía ocurrir con muchos temas, menos aún los bailables, más volubles.
Eran, por que os situéis algunos, aquellos tiempos en los que se emitió en televisión La quinta marcha y estaba en ciernes Leña al mono, que es de goma… Ha llovido. Ciertamente.
Bien, a lo que íbamos… Prodisc apuesta por Wighfield y al poco tiempo ya empieza a sonar por media Europa.
Éxito internacional
En primer lugar, en Italia, tierra familiar para la artista.
Y, de aquellos polvos, estos lodos. Así que los turistas llevan la canción a Gran Bretaña y, de allí, al resto del mundo.
A lo largo de 1994 va creciendo la bola y, finalmente Wighfield llega a actuar en Top of the Pops, el programa musical más conocido del país.
Era el 16 de septiembre de 1994 y la cantante danesa aparecía secundada por la coreografía que había hecho tan popular al tema en España.
Apenas once días antes se había lanzado como sencillo y logró, a las primeras de cambio, acabar con otro hit del momento, Love is all around, el tema de los australianos Wet Wet Wet que fue el reclamo publicitario para aquella película titulada Cuatro bodas y un funeral.
De esa manera, aterrizando en el número 1, con ventas más que importantes, Wighfield fue la primera debutante en llegar, directamente a la cima.
A ello contribuyeron las ventas, que superaron el millón de ejemplares.
Saturday night, de Wighfield, un himno atemporal
A día de hoy, Saturday Night sigue estando entre los sencillos más vendidos de la historia en el Reino Unido.
El single llegó al número 1 en países tan dispares como Italia, Canadá, Irlanda, Alemania, Escocia o Suiza, además de España.
Meses más tarde llegaba a Estados Unidos, pero su repercusión no fue, ni de lejos, la cosechada a este lado del charco.
Lo cierto es que han pasado muchísimos años de aquella “moda”, y cada vez que suena el tema de marras (sigue haciéndolo cuando menos te lo espera) movemos el esqueleto como si nos fuésemos a poner a bailar. ¡Y acabamos bailando!
“No soy Maria Callas”
“Soy la primera en admitir que no soy Maria Callas. Sólo había cantado en la escuela. Debimos hacer más de 20 tomas, y luego simplemente empalmaron las mejores partes”, aseguraba la cantante a The Independent.
A ello añade que “la canción es como una canción de cuna, con letras sobre lo que hacen las chicas cuando se están preparando para salir, y sobre cómo entran a escena cuando están bailando”,
En ese texto Wighfield (quien, por cierto, estuvo en el Love the 90’s en Valladolid, en 2018) reconoce que lo pasó realmente mal en algunas ocasiones porque la canción era tan adictiva que había quien acababa odiándola. Y los tomates volaron… Como la vida misma: del amor al odio en un segundo, y viceversa.
De manera que, pese a las diatribas de su autora, el tema sonaba realmente atractivo para todo aquel que, en aquellos momentos, saltaba a una pista de baile.
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Me llamo Ángel Cano, soy de Madrid y tengo información en primera persona de lo sucedido con este Saturday Night de Whigfield. Fue aproximadamente un 29 de Noviembre de 2993, cuando se presentó este disco. Aunque soy de Madrid, en aquella época, los 90, llevaba la Gestión, Difusión y Medios de la que fue durante años una de las discotecas más grandes e importantes de Andalucía, Macrodisco Yo, Rincón de la Victoria, Málaga. Es una de mis escapadas a Madrid por ver a mi familia y a las discográficas, con quien tenía acuerdos para llevar artista en su fase promocional a Málaga, una noche estando en mi discoteca favorita, Joy Eslava de calle Arenal, había un grupo redecido, 6 u 8 personas, bailando un bailecito sencillo y original, me gustó y me lo aprendí. Les pregunté de su origen y me comentaron, que alguno de ellos eran monitores en una residencia de personas mayores de Valencia y lo crearon para ellos. Me pareció tierno, bonito y original y aquella primavera del 94, se me ocurrió enseñarlo a 10/12 colaboradores de la sala, subirnos al escenario y enseñárselo al público. Durante varias semanas la ola del bailecito crecía y creía, hasta que un día quise batir el récord de personas a la vez, de manera sincronizada, todos con los mismos movimientos, mismos giros. Avisamos a la prensa e hicimos saber de la intención a Guinness. Llegó el día elegido, se hicieron varias pruebas antes de la grabación para TV y llegó el momento. No fueron, ni cien, ni doscientas personas sincronizadas, repito, sincronizadas, no bailando a la vez y la emoción me invadió por completo, fueron más de 3000 personas sincronizadas, dentro y fuera de la sala, zona de invierno y de verano, fue increíble y este fenómeno, no de pudo frenar. Cada fin de semana llegaban autocares de cada rincón de Andalucía a bailar el bailecito. Fui llamado por varias televisiones, como por ejemplo TVE, por Chicho Ibáñez, que quiso para su especial discotecas en Un, dos, tres, que sus chicas, sus azafatas lo bailará y así fue, allí estaba yo, entre bambalinas, miremos emeroteca. Fuel tal el boom, que a través de Juan Torpedo Delta Music y Miguel Angel, Pinky de Sony, en colaboración con los promotores de Whigfield, se hiciera posible, traerla a Macrodisco Yo del Rincón de la Victoria, Málaga a consagrar con mayúsculas esta hazaña, con ella allí presente. Minutos antes de salir ella, se hizo una prueba del bailecito, un ensayo, para que el público lo diera todo al salir ella y lo logramos. Ella se emocionó, no paraba de llorar y nos dijo que ya le habían contado lo que había sucedido en Málaga, pero tuvo que verlo para creerlo.
Gracias por comentar, Juanvi. Una historia muy curiosa la de este tema que, ciertamente, nos hizo mover el esqueleto a todos. Gracias de veras
Lo cierto, es que fue en Coco Loco de Playa Gandia, donde se bailo por primera vez. Prodisc( J.Conca de Chocolate, Sueca) promociona el disco entre otros sitios en Coco loco, dio la casualidad que la discoteca de Gandía contrato un coreógrafo ese verano ( y posteriores) para amenizar las noches de verano. En cada espectáculo se bailaba un tema de moda, era una performance, y podías ver a todas las chicas bailando con el coreógrafo en la pista central.