La mejor canción de amor de una madre a un hijo
Estamos ante una de las canciones más escuchadas en los funerales de los Estados Unidos
Canción: Simple Man
Cantante: Lynyrd Skynyrd
Autores: Ronnie Van Zant y Gary Rossington
Disco: Pronounced ‘leh-’nérd ‘skin-’nerd
Duración: 5:57
Posición en disco: 4
Publicación: 13 de agosto de 1973
Grabación: 30 de abril de 1973, en el Studio One de Doraville (Georgia)
Producción: Al Kooper
Posición más alta en listas: –
Discográfica: MCA – Sounds of the South
Hoy hablaremos de Simple Man de Lynyrd Skynyrd.
Hace un tiempo publicamos en nuestra web una lista con 50 canciones dedicadas a las madres.
Se trata de una de las entradas que más visitas ha recibido desde que abrimos Music and Rock. Pues bien, ya lo prometimos entonces, y cumplimos: ante vosotros, el análisis más completo de Simple Man, el tema del álbum de debut de Lynyrd Skynyrd.
Ese que incorpora, entre otras joyas, Free Bird, cuyos cuatro últimos minutos deberías escuchar antes de pasar a mejor vida.
En fin, era oportuno traer aquí este tema porque este pasado día 4 de junio moría mi madre. El homenaje hacia ella, lo realizaré cada día del resto de mi vida pero, siempre presente, en los últimos años, siempre que escuchaba esta canción me acordaba de ella.
Al final del texto os añado el artículo que he publicado en el diario local de mi ciudad, Ávila, donde habitualmente colaboro con textos de opinión.

¿Por qué se llaman Lynyrd Skynyrd?
La formación comandada por Ronnie Van Zant siempre tuvo fama de estar arrebatada. De perder a la mínima el norte (aunque ellos procedían del sur), y de no medir mucho lo que hacían. Y tal vez de ahí el misticismo en torno al grupo. A lo que se sumaría la desgracia que vivió la banda…
¿Cómo pudieron tener ese nombre? Bien, muchos habéis pasado por la adolescencia… Ellos parecían vivir en ella pese a haber superado la veintena.
Esa denominación alude al nombre de su profesor de gimnasia en el Instituto Robert E. Lee de Jacksonville. Poco que añadir…

Simple Man, rotunda declaración de amor
Simple Man es, por méritos propios, uno de los temas más conocidos de esta banda -la del Sweet Home Alabama que sí conoces-, que cuatro años después del lanzamiento del mismo, sufrió un accidente de avión, en el que murieron su cantante, Ronnie Van Zant (auténtico líder de la formación), el guitarrista Steve Gaines, y la hermana de este último, Cassie, corista.
La canción versa sobre una madre que aconseja a su hijo sobre cómo afrontar su vida.
Al parecer, surge a partir del fallecimiento de la abuela de Van Zant y la madre de otro de los miembros fundadores de Lynyrd Skynyrd, Gary Rossington. Precisamente éste fue el autor de la música, cimentada en una progresión de acordes. Mientras tanto, Ronnie Van Zant aporta la letra basándose en consejos escuchados de boca de las mujeres de su entorno.

Antes que Free Bird este temazo
Como en otras canciones que hemos abordado en Music and Rock (véase ese gran éxito de Bon Jovi que desgranamos), la inspiración llegó pronto. Esta obra maestra estaba escrita en apenas una hora. O eso al menos decían ellos…
La guitarra eléctrica es la gran protagonista del sencillo, aunque el bajo, los platillos y los tambores están igualmente muy presentes.
El coro se hace notar.
Estamos en los años en que despunta el rock progresivo, pero en el caso de los Skynyrd, el sonido sureño es lo que está echando a volar.
Tenían fama de malos tipos, pero técnicamente su música salta al oído. Fueron unos innovadores. El solo de guitarra, por cierto, es obra de Gary Rossington.
Johnny Van Zant (hermano del fallecido Ronnie y cantante postrero de la banda) comentó en el DVD Live from Freedom Hall que “es una gran canción y refleja algo que todos vivimos. Cualquiera necesita respetar a su madre y hacer caso de las palabras que le transmite. Es ella quien habla en este tema”.
Además, reconoce que “es uno de mis favoritos en directo. La multitud se vuelve siempre loca con él”.
Aunque en los inicios de la banda no formara parte del repertorio habitual en directo, poco a poco fue ganando peso. De hecho, es la tercera canción más consumida en las plataformas de streaming de la banda.

Pronounced Leh’-nerd Skin’-nerd, un disco rompedor
Esta canción forma parte de uno de los discos más rompedores del rock norteamericano. Corría 1973 e, influidos por el blues, el country y algunos de los grupos de la escena del momento, a partir de las tres guitarras (dos Gibson y una Fender, para más pistas) y una fuerza compositiva única, pusieron en el mapa a Jacksonville. Florida era algo más que Miami. Para muchos críticos, fue el pistoletazo del rock sureño. Ese que abanderaron junto a los Allman Brothers.
Escuchar el disco en el que se incluye, Pronounced leh-nerd skin-nerd, es un placer. Siempre que no nos paremos a leer algunas de sus letras, que mostraban la… llamémosla juventud intelectual de sus autores.

Simple Man, canción con curiosidades
La letra dice siéntante a mi lado, mi único hijo, sin embargo Ronnie no era hijo único. De hecho, su hermano Johnny es el actual vocalista de Lynyrd Skynyrd.
La franquicia continuó.
A la hora de lanzar el tema, el productor de la banda, Al Kooper, puso pegas. Por este motivo, el grupo graba la canción sin contar con él. Tras escucharla y plantear arreglos, reconoce que tiene un enorme potencial. El tiempo acabaría dando la razón a la banda. Nunca mejor dicho.
Un fragmento del tema aparece en la película del año 2000 que hizo Cameron Crowe bajo el título Almost Famous.
Entre los grupos que han versionado esta canción están Deftones, en sus discos B-Sides & Rarities (2005) y Covers (2011). Igualmente, Shinedown la incluyó en una edición especial de uno de sus álbumes.
Además, ha aparecido en el episodio Piedras frías de Los Soprano.


A partir de aquí, y como las circunstancias mandan, agrego el texto que señalaba al inicio, de Diario de Ávila:
Te queremos, mamá
Durante los años tontos de la adolescencia me podía pasar horas mirando fotografías antiguas que guardabas en aquella caja marrón. Eran imágenes de otros tiempos: papá, con unas patillas enormes, de uniforme, junto a dos compañeros de la mili; tú, en una pasarela, desfilando en un pase de modelos. Ponías pasión en cuanto tocabas.
Siempre recuerdo la anécdota del día que un profesor nos preguntó quién era la mujer más guapa que conocíamos y un compañero dijo: mi madre. ¡Eso lo tenía que haber dicho yo!, pensé. Has sido guapa en muchos sentidos y has demostrado tener un corazón que no te cabía en el pecho. Creo que por eso siempre te dio tanta guerra.
A tu manera, mamá, fuiste una innovadora. A mis hermanos y a mí nos inculcaste valores profundos y sólidos, como huir de toda presunción, algo que, en una sociedad en la que el pícaro era el listo y en la que parecía que lo único que importaba era el dinero, llevaba a uno a veces a sentirse el más tonto. Pero, ¡vaya si acertaste!

Removeré Roma con Santiago
Conmigo tuviste una paciencia infinita porque nunca fui el más listo de la clase, pero tu arrojo, empeño y tesón hicieron posible -junto a ese gran señor que ha demostrado que te quiere por encima de todo, papá- que pudiera crecer como persona. Pese a los desvelos. Los sacrificios. Removeré Roma con Santiago para que seas lo que te propongas, me dijiste cientos de veces. Lo cumpliste. Estar aquí escribiendo estas líneas es la prueba de ello.
De hecho, en los días duros de esta profesión (que los hay), nada comparable a tu ausencia, siempre me acuerdo de aquellas charlas telefónicas de cabina, en mitad del frío de Salamanca. De la paz que me aportabas y de cómo atemperabas mis enfados. En eso nos parecíamos mucho, aunque ya te digo que, por ti, voy a tratar de cavilar menos. Ese sí es un defecto que he heredado de ti, como el de perdonar incluso a quienes más faenas nos han hecho.
Recuerdo, cómo no, aquellas conversaciones entre plancha y plancha, en alguna que otra madrugada. Me hacías un hueco en la mesa y mientras tú repasabas el cuello de una camisa, yo trataba de entender lo que decían Platón o Hobbes, mientras me aportabas consejos confidentes que daban luz a la absurdas angustias. Me demostrabas, con hechos, que es como mejor entran las cosas, que cada día hay que batallar por lo que uno quiere. Inténtalo, aunque salga mal, me decías en más de un examen que luego superaba.
Con el tiempo, comprendes las cosas
En casa hemos tenido que explicarle tu marcha a Pablo. Le hemos dicho que cuando miremos al cielo habrá una estrella nueva, que aún no se ve porque cada vez hay más contaminación, pero que será la que más nos ilumine.
El legado que dejas lo resumía papá (que siempre tiene la palabra justa) de camino al cementerio: nosotros nos llevamos bien con todo el mundo. No lo hemos visto sólo en estos días. Nos habéis arropado muchos amigos, familia (mención aparte merece tu hermana Juana, Gracias), y a otros muchos sé que les ha dolido en el alma no poder venir desde lejos. A algunos no os hemos podido contestar al teléfono. Las fuerzas flaquearon en algún momento.
Pero la vida sigue, mamá, y tú echaste suficiente carburante para que caminemos firmemente. Tu comprensión y dulzura, hasta tus refunfuños -ya digo, esa genética…- nos acompañaran ya siempre.
Y, puedes estar segura, allá donde estés, jamás te irás. Jamás. Te queremos, mamá.
Los Piratas – Te echaré tanto de menos
Te echaré tanto de menos
Cerraré fuerte los ojos hasta verte
Sólo tengo que esperar
Te echaré tanto de menos
que aunque busque una palabra
no habrá nada que me cure de verdad